El mono desnudo

Existir o no existir; ser o no ser; la calavera y el príncipe, él mirando la calavera; se quebró los sesos el shakespeare; pasan cien años y se cuenta la película que no se parece un pijo a lo que pensaba la artista o el artista; cuánta conjetura.

El ser o no ser, el conócete a ti mismo y conocerás a Dios (Sócrates); el busco un hombre verdadero (Diógenes); el Dios parece que jugara a los dados con nosotros (Einstein); o el de para cambiar el mundo se necesita cambiar el corazón de la Humanidad (Hermann Hesse).

O eres o no eres; o como diría El Lute, Camina o Revienta.

¿Cuándo comenzaría esta barbarie que hoy se ha extendido por toda la faz de la Tierra?; yo tengo mi teoría; desde el neolítico; no es connatural a nuestra naturaleza; es un postizo, un añadido cultural, de falsa educación, de propaganda. O doctrina de falsedades para que tu mente te ayude a sobrellevar la esclavitud, la injusticia, la desigualdad y la barbera (perdón me he equivocado) la barbarie iba a decir (es lo mismo, barberos y barbaries tienen punta, filos afilados, o sease hacen daño; sujetos y objetos peligrosos).

Comenzó; tuvo un principio; esto no era de principio; está por descubrirse el salto genético del mono avanzado y porqué comienza lo que decimos un uso singular o único de la inteligencia; que yo no estoy de acuerdo.

Mi punto de vista arranca como también opina el antropólogo Marvin Harris; su magnífico libro “Jefes cabecillas y abusones”; o El Mono Desnudo, otro buen libro del mismo autor.

Por historia, no sé decir, el neolítico no fue uniforme en toda la geografía terrestre; tenemos muchas lagunas históricas, especialmente en la reconstrucción de tiempos que van más allá de 4 mil y 7 mil años. ¿Una fecha concreta?; digamos que el primer signo de civilización, con su semilla de violencia y abuso de poder, arrancó hará unos 20 mil años, por dar una fecha inconcreta, imprecisa e inexacta, en los albores del neolítico.

Como demuestran comunidades primitivas de la actualidad (pocas o casi ninguna; vivimos tiempos de profunda uniformidad y homogeneización; globalización le llaman); digo que como demuestran las comunidades “de tradición”, éstas tienen elementos naturales para eliminar el “estrés” o la violencia psicosomática que va en cada individuo; el deseo de ser el macho alfa; o la hembra dominante; el querer más alimentos que el resto del grupo; lo típico que pasa en el día a día de los animales que viven en comunidad; con la diferencia que aquellos primitivos animales que éramos, en ese largo transcurso (2 millones de años desde el homo erectus; más precisos, 1.8 millones de años) hemos ido haciendo una humanización creciente, obligada por nuestra nueva fisiología, por nuestro propio cuerpo.

El Mono Desnudo, que señalaba Marvin Harris, que somos un animal que necesitamos de muchísimos cuidados para nuestro pleno desarrollo; a diferencia del mono que se la pela en los árboles, vigilando que no vengan otros monos, el ser humano fue introduciendo variables asombrosas en su cuerpo, como la habilidad manual, como el comenzar a usar objetos de la naturaleza para creativizar y crear su propio mundo; el ser humano vivía en el resto del mundo de todos, pero a la vez parecía que vivía como un autista, dentro de su propio mundo; comenzó a hacer cosas raras; picar piedras, miles de veces, hasta encontrar la talla y el ángulo y el perfil perfecto; después siguió probando y experimentando sin cesar.

Fue esta curiosidad, las 24 horas del día, su bipedismo, sus cambios corporales acompañando su cambio de pensar ver y vivir, la que nos llevó de la cuarcita y el sílex a la rueda, del fuego a la fragua y los primeros metales; a dejar de correr detrás de ciervos y elefantes y comenzar a cuidar nuestras ovejas; a aprender a vestirnos más y mejor con lino, algodón; vas sumando la cantidad infinita de pequeñas invenciones en el vivir diario de aquellas supuestas y primitivas criaturas que éramos hace unos miles de años y deduces que tenemos un principio vital, un motor, sea gasolina o sea diesel; y a este motor invisible y visible se le llama inteligencia; esta curiosidad innata en el ser humano.

Desde entonces la andamos buscando; desde que surgió hace unos miles de años y, por esquiva, que no por multitudinaria, se dio a la fuga como Joaquín Sabina en su último disco; puñetera inteligencia; eo inteligencia pa dónde paras, pregunto. Ni me responde; que digo inteligencia que ¿por dónde estás?, que quiero conocerte; nada, nada ni nadie me responde; ni yo mismo me respondo; qué silencio tan grande; si esto es inteligencia mejor me levanto y me voy. Ya me he ido.