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Mostrando entradas de junio, 2014

Confianza

Confiar es maravilloso, una continua prueba, en lo desconocido, un auténtico viaje por lo desconocido. Me veo a mí mismo ahora, con todo lo ya vivido, junto a quien yo era, con tres, cinco, veinte años, qué gran diferencia, cómo las personas podemos hacernos, fabricarnos, inventarnos y reinventarnos en el transcurso de la vida. Un hecho hermoso, de apasionante confianza. La confianza invita a la confianza. Y la única forma de conocerse las personas, de verdad, es con confianza. Confianza y fuerza. Cada persona es como es. Incluso las personas más anónimas, que parece que no tienen nada interesante que decir o aportar al mundo, llevan dentro muy buenas experiencias personales. Normalmente queremos que las demás personas sientan confianza en nosotros, pero la gran pregunta es cuánto nosotros confiamos en otras personas. Por qué pedimos lo que nosotros no estamos dando con nuestro vivo ejemplo. Confiar es algo que va mucho más allá de unos valores y de una moralidad y

Afinidad

Sí claro, para compartir, se comparte entre personas afines. Lógico. Pero el hecho básico es la educación que llevamos dentro, en nuestro corazón, que es lo que de verdad destaca sobre nuestros conocimientos o habilidades. Es el cómo hemos ido construyendo ese corazón nuestro, esa forma de ser. Yo creo que en eso está lo sustancial, pues de cómo es nuestro sentir, nuestro sentimiento, nuestras emociones, así es también nuestra finalidad, nuestro propósito, nuestra actitud de vida. No sé, la afinidad con una persona no es algo que escoges o escogemos. Vemos si somos afines o próximos a una persona o pensamos o sentimos de forma parecida, pero es una realidad hecha o fabricada por la vida, sin nuestra intervención. Nuestra naturaleza la vamos haciendo nosotros mismos, pero la naturaleza de otra persona, qué rasgos de humanidad nos unen o nos diferencian, eso es algo que está fuera de nuestra decisión personal. Es como salir a la calle y encontrar un aire limpio. Te gusta

Sociedades crispadas

Vivo en un país que está reinventándose a sí mismo, en el que los cambios son prácticamente de un día para otro. Un país crispado y en crispación, un país enfrentado, un país con deudas y preocupaciones, agobiado, que me ofrece un paisaje de inestabilidad. Cualquier español está sometido a un agobio tremendo, por multitud de flancos abiertos. Por ejemplo, abuelos con pensión en los pueblos, ya no pueden dar más de sí, no son capaces de pagar precios abusivos de contribuciones o impuestos locales, precios abusivos de agua, luz. No pueden. Esos mismos abuelos, en una ciudad, muchos de ellos están alimentando a sus familias, los que se han quedado en el paro y viven de cáritas y bancos de alimentos. No se puede tener a un país así durante mucho tiempo. Un país no puede funcionar como un gran campo de refugiados. Dejamos a los abuelos, tomamos a los trabajadores. No hace falta que tengas coche y plaza de garaje, sin ir tan lejos, los gastos cotidianos pueden ser de aúpa. Los preci