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Mostrando entradas de julio, 2012

En horas de siesta

Mi pueblo sigue en su sitio. Un pueblo sin ruedas. Un pueblo de tantos. España tiene más de 5000 pueblos. Éste es uno de ellos. Y no hay nada destacable que contar. Nunca hay nada destacable por contar en un día de junio como hoy, que no se ve un cristo por la calle. Los veranos por estas tierras son secarrales. No aguantan ni las moscas. Todo el mundo busca el cobijo de una sombra. Pero salgo al campo y veo vida por todas partes. Me salen mariposas al paso, de distintos colores. Veo la vida que crece, en tal o en cual árbol: la aceituna que comienza a engordar y que hace verdad el refrán que dice “si ves una aceituna por San Juan, verás cien aceitunas por navidad”. Refranes de agricultores que guardan una enseñanza sobre el medio que trabajan. La noguera junto al camino que ella sola destaca un amplio espacio de sombra, un pequeño hábitat para distintas especies, el conejo que sestea, el mirlo, el gorrión, la golondrina, la paloma torcal o paloma del campo, todos allí reunido

Entender qué está pasando

Llevo estudiando la crisis desde que ésta ha comenzado. Ha sido como si estuviera cursando una nueva asignatura en la escuela, en el instituto o en la universidad. Es la asignatura de intentar comprender la actualidad, en el sentido estricto de la actualidad sociopolítica y económica, así como la actualidad de comportamientos humanos, principalmente en el mundo del que formamos parte, el mundo de la raza blanca. El comprender qué está pasando, más aún comprender dónde todo esto nos lleva o nos conduce. Me motiva hablar de estas cosas porque desde hace dos o tres meses estoy viviéndome esta realidad en primera línea de fuego, no tanto por mis propias circunstancias sino por todo comentario, diálogo o conversación que tengo con cualquier persona. Infinidad de hechos de la vida diaria que hacen que pongas la mirada en la crisis, la tuya o la de otras personas. Y ver todo el gran espacio de caricatura que se ha creado en torno a esta crisis, de la que tan poco se sabe. La crisis e

Paisajes cotidianos

El paisaje personal que presenta este hoy, es un paisaje tranquilo, sereno, activo, con esperanzas, también con realidades ya confirmadas, realidades que ya forman parte del tono vital del día a día. Y mucho calor, después de unos días con temperaturas más suaves. Y la cosecha del trigo ya realizada, porque ahora acabo de ver a un remolque cargado de trigo ya cosechado, carretera arriba, después de venir de la compra. Bueno, decía que el paisaje personal me deja ver una situación que ya presenta rasgos de normalidad, rasgos que me son característicos para sentir tierra bajo los pies, sentir sentido a las pequeñas cosas cotidianas, sentir también sentido a las grandes cosas de la vida, que en definitiva son las grandes cosas que nos caben en el cerebro y en el corazón. Vemos el mundo según nos va a nosotros mismos y según la vida que cada cual nos vivimos. Vemos el mundo desde nuestra personal perspectiva. Salud, enfermedad. Abundancia o pobreza. Ánimo o falta de ánimo, sol

Eurocopa 2012

Y ahora me pongo a hablar de fútbol. Es que la de anoche fue gorda. Me lo viví en una pantalla gigante, rodeado de niños que cantaban como locos, se arrojaban al suelo, hacían la ola. Y mucha gente en el bar que daban abrazos. Y yo mismo, que ya que veo un partido de fútbol, voy a pasármelo bien. Y sí, muy tranquilo tomando la cerveza, pero cada gol me levanta de la silla. En fin, anoche, gran noche. En un pueblo pequeño, imagino que en toda España, se estuvo viviendo una fiesta. Quien pudo y quiso vivírsela. Yo no soy futbolero pero caramba me gusta ver cosas de este estilo. Conozco a personas que anoche pasaron olímpicamente del final de la eurocopa España-Italia. No les preguntes si el partido se desarrolló en el Olímpico de Kiev o si juegan once jugadores por equipo o si el árbitro sigue llevando silbato y va vestido de negro; y quizás era portugués. Yo entiendo que cada cual se vive la fiesta que se quiere vivir. A mí personalmente anoche me apetecía un rato de gritar