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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Racional e irracional el amor

Yo veo, en mí, que no puedo amar a una persona que no es mi amiga. Ahora bien, lo que también veo es que mucha gente confunde rábanos con pepinos, tomates con berenjenas, llamamos amistad a cosas que no se parecen ni por asomo a la amistad; es ofender la palabra; y de paso llamamos amor a cosas que dices: ostras pero eso no es amor ni es nada. O sea, son temas irracionales pero, caramba, a veces hay que racionalizarlos un poco porque si no se toma por amistad y por amor cualquier cosa. Una cosa es mi teoría y otra es la práctica de lo que veo y vivo. En mi teoría todo es fácil y sencillo y natural y transparente. Mi teoría me dice que nos amamos con el corazón, con el interior que somos dentro de nosotros mismos, nos amamos de mañana, de mediodía, de tarde y de noche, con maquillaje y sin maquillaje, vestidos o desnudos, el amor toma distintos colores durante el día, porque fluye de natural, de normal, como si llevara en nuestras vidas desde el principio de nuestros días.

Hacer amistad

No podemos caer simpáticos a todo el mundo. Yo desisto de intentar conseguirlo. Es más, ya a estas alturas de mi vida, no lo consigo. Vale, que me veo comentarios agradables, pues bueno está, los prefiero antes que los comentarios injustos, pero no sé, no hago las cosas por el comentario de nadie, ni por ser simpático a nadie. Hago las cosas por mí y por todos, que no sé bien quiénes somos todos, igual los que estamos aquí, los que vendrán, los que ya se han ido. El caso es que hago las cosas para tener tranquilo, relajado y medio feliz a mi corazón. Yo no puedo forzar una amistad. Nunca lo he hecho, tampoco quiero aprender a hacerlo. Aunque supiera cómo hacerlo, no lo haría. No me siento capaz de forzar a nadie, ni forzar los ritmos de nadie. Todo lo contrario, ver a una persona forzada me es lo mismo que ver a personas remando en galeras. Soy abierto, sí, no digo que no soy abierto, sí lo soy. Pero hay cosas que a mí no me gusta compartirlas con nadie. Hay cosas que yo l

El arte musical

El arte musical es un asunto con un sentido muy personal. Existen muchas formas de hacer música y existen muchas interpretaciones de la música, tanto de aquella que nosotros mismos hacemos, o en la que participamos, como la que escuchamos de otras personas o artistas. El músico, el creador o el intérprete de música, ha formado siempre parte de las sociedades. Y en muchos o en la mayoría de los casos eran aficiones o pasiones personales, no remuneradas. En la tribu de gaiteros, todos tocaban la gaita. En la tribu de los bailes, todos eran danzantes. Esta realidad progresivamente fue comercializándose, formando parte de espectáculos musicales, que, en especial durante el transcurso de los últimos 100 años, nos lleva a considerar artistas al artesano de brazaletes y pulseras de conchas, al que se pone la gorra de medio lado y hace ruidos estridentes, al que llama música el tocar con algunas latas. En el lado opuesto, el divismo de una mercadotecnia de chicos guapos y chicas guapas, c