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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Debate para estos tiempos

Isaac Asimov, uno de los grandes preguntadores o pensadores de estas últimas décadas, escribió un buen libro sobre los cambios del siglo veinte. En muchas cosas, no me sentía de acuerdo, pero sí en la palabra del título. Es un siglo de cambios. De grandes cambios. Yo creo que decir que estamos cambiando no es suficiente. Necesito saber más. Necesito saber porqué estoy cambiando, para qué estoy cambiando, adónde me llevan estos cambios. Y llegados a este punto del argumento, yo digo, qué sucede aquí. Sucede que un conjunto de personas están viviéndose unos cambios, pero no tienen apenas ni idea de qué cambios son, de cómo son, de hacia dónde nos llevan. El tema es fino, el tema es de aúpa. Es como si yo ahora me monto en un taxi y no tengo ni idea de qué hago dentro del taxi, dónde me lleva el taxista, cuánto me costará la carrera. Es cuando menos que, si tengo esa sensación o esa percepción, dentro del taxi, me plantee una cierta preocupación, de qué puñetas hago en un tax

Conjugando la historia

Suerte, Destino, Naturaleza Individual, Circunstancias de una persona. Cuatro grandes palabras que se conjugan en la historia de cada uno de nosotros, mujeres y hombres. Todos. La vida, como decía un sabio griego, Solón, no se mide por un trozo del trayecto sino por todo el conjunto y, como decía sabiamente, se mide cuando un hombre está muerto, no se puede ver antes porque hasta la misma muerte no se ve cómo ha sido la vida de una persona. Era un tipo sabio aquel señor, el Solón. Se encuentra con un rey que le preguntó su opinión. Solón ¿qué piensas tú de mí y de la vida que llevo? Y responde el sabio: No se puede, gran rey, examinar la vida de un hombre, hasta que ésta ha concluido, para afirmar si ha tenido o no ha tenido una nueva vida. ¡Solón, impertinente, cómo te atreves a decirme esto! Años más tarde, aquel rey fue hecho cautivo, prisionero, esclavizado, trabajaba duramente y vio a Solón. ¡Ay, Solón qué razón tenías al decirme aquello que me dijiste! Dejemos a ese

Un mes especial

Entramos en diciembre. Mes especial para los que juegan a la Lotería de Navidad. Especial también para los que no jugamos a la lotería o, acaso muy acaso, alguna participación o papeleta porque no te queda otro remedio que comprarla o compartirla. Mes especial para los que tienen pensado comer pavo en la cena de nochebuena y para quienes tienen pensado pasarse por algún Banco de Alimentos o por Cáritas o algún sitio donde ir pidiendo, superándose la vergüenza de pedir. Mes especial para los que no trabajan pero sueñan que algo cambiará el 31 de Diciembre, a partir de la medianoche, en esas horas de cenicientas, magias, brujas y sucesos inexplicables y misteriosos donde las calabazas pueden transformarse en carrozas de lujo y los ratones pueden hacerse cocheros de vestuario luminoso y brillante. Mes especial para los que trabajan en alguna telefónica o en algún banco o en alguna agencia de seguros que les han dicho que salgan a la calle a hacer productividad y, en este