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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Una apuesta por la vida

En Salamanca, Hospital General de la Santísima Trinidad, 2ª planta, Pabellón San Nicolás, habitación 218. Creo que nadie vamos al hospital con el objeto de hacer amigos y ampliar nuestro círculo social. Los hospitales no son tabernas donde levantar con alegría unas jarras de cerveza, al mismo tiempo que gritamos felizmente con ese brindis que celebra un grato suceso. Los habitantes de hospital son o somos otra cosa. Este navegante fue ingresado en el hospital el pasado 22 de diciembre, 8 de la mañana. Venía con un tumor adherido a su brazo izquierdo de más de 1 kilogramo de peso, de feo y siniestro aspecto, que me había dejado la hemoglobina por los suelos, las fuerzas desaparecidas y el último recurso de una gran amputación, que se practicaría, por encima del codo, el viernes 23 de diciembre, mediodía. Hace unos días, el 23 de diciembre, me dejé el brazo izquierdo en un quirófano de Salamanca. Esto fue un viernes, al mediodía, en el Hospital General de la Santísima Trinidad

Ángeles humanos

Los ángeles acarician el suelo con sus alas, barriendo de oscuridades los malos sueños, las voluntades vencidas, los enfermos tiempos, de los que el sentir perdido, viaja en humano yerro, al prometido trance del devenir eterno del revivir sincero de nueva forja para el mejor acero que templa la vida en cuerpos guerreros. Con sus alas vencen el sueño del soberano tiempo, vencidas las mentes y vencidos los cuerpos de los que el camino encuentran maltrecho… Los ángeles acarician con sus alas El Eterno, barriendo de oscuridades los cuerpos enfermos de humana vida en humano tiempo. Son voluntades vencidas por serenos vientos que, sin moverse, siguen moviendo el sentir perdido del humano yerro. Sois ángeles de carne y de hueso que con vuestras alas vencéis el sueño, forjando minutos del mejor acero, que templa la vida en cuerpos guerreros.

Regresar a la normalidad

El 2016 ha sido un año de reestructurar desde años anteriores de crisis. Yo lo veo como el año último de una etapa que define los últimos 25 años, que quizás define a toda una generación. Una historia sencilla, la historia de un globo o la historia de una burbuja. Felices años 80 y 90. El globo siguió haciéndose más grande, hasta que estalló o reventó. Llegó la crisis, todos habíamos de aprender a vivir sin globo, en el 2016 el gran cambio, los últimos ladrillos de las viejas estructuras. La realidad de este finales del 2016 se divisa como que la gente vuelve a la normalidad después de unos duros años de crisis. Y en gran parte, la gente regresa a la normalidad porque quiere hacerlo y pasar la página de todos esos años de crisis cuya explicación igual viene una generación más tarde. Regresar a la normalidad es, en lo básico, no dejarse arrastrar por las gravísimas preocupaciones, ni por la inquietud de vivir en un mundo frágil, inseguro y caduco. Regresar a la norm