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Mostrando entradas de marzo, 2012

Creaciones que nacen

Reconozco que aún me queda mucho para crear al ritmo que me era normal en el pasado, un día normal y cualquiera. Antes yo era una persona hiperactiva, pero no en el sentido de ir estresado, sino de ir cómodamente viviendo, pero un día me daba para casi un infinito. Y además pensaba algo y lo creaba. Era ver la vida sin ninguna perspectiva de obstáculo, era pensar y dicho y hecho. Tenía mucho ritmo y he seguido teniendo mucho ritmo en estos tiempos, lo que pasa que todo tiene su momento. Sin llegar a mi nivel de actividad de cuando estaba en Salamanca, la verdad es que sí, estas últimas semanas han sido moviditas. Movimiento también en decisiones. Y movidas a pesar de que en los primeros pasos no he avanzado apenas nada. Pero, bueno, tampoco me importa, creo que va todo bien, que autoexigirme tanto no es bueno, que lo principal es hacer las cosas bien, llevar buena dirección, buen camino, además de crear con buena gestión. Ambas cosas creo que las estoy reuniendo, ponie

Relaciones burbuja

Si el único punto de referencia que tenemos de una persona es Internet, estamos ante una burbuja de realidad, conectada y a la vez desconectada con la realidad verdaderamente real. Las relaciones en internet son, en un 90 ó en un 99 por ciento, relaciones inconsistentes, relaciones efímeras, relaciones breves, relaciones que duran lo que dura la película; se acaba, desenchufas la tele, sigues con tu vida normal y de todos los días. En nuestra vida directa, no existen las máscaras que sí disponemos en internet, tanto da si las usamos como si no las usamos; la vida directa no tiene máscaras (o sí, pero sabemos que son máscaras) en la vida real todo es visible, cien por cien expuesto. Puedes chatear con alguien siete años, quizás a diario. No le conoces tanto como cuando trabajas con esa persona tres meses, de lunes a viernes. Y, mañana, cuando la vida os vuelva a encontrar, esa relación laboral que habéis tenido es mucho más fuerte, sólida y consistente que toda esa interrel

Las grandes y pequeñas palabras

Las palabras pueden cruzar un océano con el poder de un teclado, y será el poder pacífico, tranquilo, de una ventana por la que entra la luz del día y el sonido de los pájaros. Una ventana que se abre a un exterior con escenas naturales, a la vida caminando por las calles de hormigón, abasteciéndose en el bullicio del mercado. Nada se parece un lado y otro del océano, aunque compartamos una misma lengua. Pero podemos decir esto mismo de cada lugar del mundo, incluso de aquellos lugares que están próximos unos de otros, pero que son mundos y formas de vida diferentes. Más, son realidades que presentan un vivo contraste. No parecen ser y formar parte de un mismo mundo.  Más que una realidad general o de filosofía, es una realidad práctica, vivible. En teoría todos estamos en la misma hoja del calendario, pero la realidad es que vivimos distintos tiempos, en un mismo tiempo. Tenemos las grandes palabras. Capitalismo. Sistema Mundial. Sistema Financiero. Crisis Global. Democra

Y llega la mujer

Del mundo de la mujer, soy un aprendiz y, sin embargo, me he doctorado con mujeres, porque la mayor parte de lo que sé me lo han enseñado las mujeres, y a ellas debo casi todo lo que soy. Por tanto, sin ser femenino, conozco un pelín el mundo de la mujer; un pelín y una cana. Por una mujer, la mujer, he hecho tonterías, espectáculos, cinematografías, a lo bestia y a lo ganso. Me sonrío porque han sido la caña; por algo soy el nieto del abuelo Cañero. Hoy no es que busque la placidez del anciano que quiere descanso eterno y la tranquilidad de un bonito ataúd en el que sembrar flores y malvas; no me veo yo con el aire de sarcófago egipcio. Pero no quiero aventuras innecesarias que una mujer me pida como demostración de amor. Es más fácil hacer amor, y hacer el amor, sin tanto teatro que al final es una lírica boba y falsa. Más hechos menos teoría; más acción, menos narrativa, menos blablá. Yo no sé cuántas personas quieren encontrar al amor con mayúsculas o encontrar