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Mostrando entradas de octubre, 2011

De amor y amores

Creo que podría escribir cien o mil páginas del amor y no emplear la palabra mujer o la palabra hombre. Creo que el hecho del amor y del amar no es tan drástico de ver como muchas veces lo vemos desde la perspectiva de hombre-mujer. Le damos al amor toda una corte de aditivos sin los cuales parece que el amor no cumple su realidad de amor. Parece que el novio tiene que entregar un ramo de flores a la novia y ella tiene que ir de blanco al altar, en una boda con campana, arroz e invitados. Parece que es la existencia de esos momentos la que conforma el amor, cuando en realidad no son sino uno de tantos signos o circunstancias del amor, que tiene muchos más caminos y vías de expresión. Existen muchos tópicos y tipismos relacionados con el amor, quizás más que en ningún otro tema. Y yo creo que en esto del amor no tienes que seguir a nadie sino seguir a tu propio corazón y esto es lo importante. En el mismo sentido, tener también una idea clara de qué y cómo eres y de qué forma s

Topónimo de Terrinches

Después de dos o tres años de buscar el porqué del topónimo de Terrinches, por casualidad, como el eureka de Arquímedes, tropecé que era muy simple, tan simple como la Tierra-de-Sánchez, tan sencillo, sin complicación posterior. Estaba aclarado, Terrinches proviene de Terrisánches o tierra de sancho o tierra de sánchez (hijo de sancho). La primera gran pregunta, ya tenía respuesta. Pero ahora me venían a mi mente como diez, cien, mil, un millón de preguntas, en multitud, ninguna de ellas con una respuesta satisfactoria. Pero todas ellas me preguntaban: ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué un Sancho o un Sánchez da nombre al pueblo? Comencé a preguntarme. Cuándo, cómo. Empecé a tirar del hilo hace cinco años, al regresar a este pueblo manchego, que forma frontera con Andalucía, interesándome el porqué de sus gentes y de sus costumbres, el porqué de su clima, el porqué de su flora y su fauna. Tenía mucho por conocer y por aprender, pero la única forma era integrándome en la

Una relación normal

Actualmente, vivo una relación normal, la normal de dos personas que no se conocen con anterioridad y comienzan a conocerse. Ha sido la normal de dos personas que viven distantes entre sí y de personas que comparten también diferente perspectiva de los planteamientos de vida. Es una relación normal en lo que ha tenido de normalidad. Al mismo tiempo es una relación excepcional, por los muchos instantes de excepcionalidad, de excepción, con los que ha contado también la misma relación, a lo largo del tiempo. Es una relación sujeta, aprisionada, limitada por el propio punto de vista de ella, que ha sido quien desde un primer momento ha llevado el peso de la acción y ha querido después seguir su dirección cinematográfica, haciéndome participar en el guión, sin conseguirlo, hasta que ha presentado rendición y paz hace escasas fechas, en una nueva tregua. Es una relación normal, pero ha sido también una relación al límite, al límite incluso de su propia energía. Ha sido también

Cuando miro mi propia vida

Recuerdo mentalmente escenas y también imágenes de aquel tiempo, cuando yo era un joven de veinte años. Despiertan sensaciones interiores de ver que quizás el hombre que ahora soy es quizás el hombre que he sido siempre, salvo que hoy tengo más experiencia, además de nuevas circunstancias. Sin embargo, en un repaso general, que yo hago ahora, pesa más lo que yo pienso que la realidad. Quiero decir, es algo subjetivo la transcripción de mis palabras. Es algo subjetivo porque es el resultado de una emoción, de una actitud personal. Quizás, para mí, haciendo un repaso general de la vida, saco conclusiones positivas donde igual otra persona ve hechos desagradables o negativos. Digo así que hablar de uno mismo es subjetivo. Es como uno se ve a sí mismo, además de cómo es, en la viva realidad. Hacer un repaso integral de la vida es verla con distintos enfoques o distintos ángulos de visión, frente a una misma realidad. Cada ángulo de visión, cada ventana desde la que observa