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Mostrando entradas de julio, 2018

Teoría y práctica del amor

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Creo en el amor. Más que creer de una forma retórica, creo de verdad en el amor. Y es por esto que intento no tomarme el amor con ninguna flojedad o a la ligera. Ni demasiado serio porque el amor no es un entierro, pero tampoco a la ligera. Con el debido respeto, pero tuteándonos con confianza. Del amor, igual que de las grandes cosas de la vida, creemos saber algo, pero es solamente cuando nos damos de lleno con la realidad cuando entonces podemos sentir que comenzamos a comprender. Quiero decir, para alguien que no ha vivido nunca el amor, le resulta inconcebible saber qué es el amor, las formas múltiples que toma el amor. Sabe la teoría, pero en el amor, el 99,9 por ciento es práctica. La teoría sigue detrás de la práctica. El amor puede ser algo tan simple como un flechazo y un amor a primera vista, pero esto no se consigue cerrando los ojos y soñando e imaginándose que vamos a encontrar a esa persona que, a la primera mirada, ¡ay por Dios que me he quedado enamorado! Eso

El cielo de Terrinches

Cómo es el cielo de aquí. Aquí es un punto del mapa, un cruce de paralelos y meridianos. Aquí es un cielo azul, sobre una tierra roja, un acuífero (dicen que el más importante de Europa). Aquí es un término municipal, 55 kilómetros cuadrados. Aquí es un primer poblamiento allá por los tiempos de la Edad del Bronce, 4000 años atrás, el sílex, el hueso, la piedra, unas ruinas arqueológicas en proceso de excavación, Castillejo del Bonete, divisando una ruta hacia el Levante, un paso natural que cruza las sierras del sur, las Montañas Azules. Ya tenemos un cielo sobre una tierra roja, con agua en su interior, que al sur limita con montañas que azulean, al efecto óptico de la luz del sol, en las últimas horas de la tarde. Un azul, sobre tierra roja, a veces surcada por pedregales, que verdea con las hojas del olivo, que se cuentan a miles, aquí y fuera de aquí. El cielo que veo todos los días. Es el cielo del Este, por donde asoma el sol, resplandeciendo por

Un camino de ir haciendo

Hay cosas que esperan su momento de salida, e inician ese momento cuando yo comienzo seriamente a dar los pasos necesarios e inicio un camino de ir haciendo. Incluso ir haciendo en mitad de circunstancias que no son las mejores pero que consiguen templarme y probarme las ganas o la desgana que tengo por llevar todo esto adelante, que es en definitiva el todo esto que llevo dentro de mí, que es el expresarme, la autoexpresión, qué música o músicas llevo dentro, qué palabras llevo dentro, qué historias llevo dentro de mí. Que viene a ser lo mismo que apostar por mi capacidad y capacidades de hacer algo que entrego al mundo y que tiene un valor, traducible en gusta o no gusta lo que yo hago, es aceptado o no es aceptado por el público. Pero antes de un público, aceptarme yo es básico, es lo básico; y aceptarme significa también aceptarme en estas capacidades de organizar, crear, poner en marcha emprendimientos o nuevas iniciativas. No me gusta estar en estas cosas por caprich

La aventura de la vida

Me acuerdo de los libros y los cómics editados por Bruguera, que fueron mis acompañantes de primeras lecturas, y me hacían viajar por aquellos mundos que contaban. Yo me imaginaba que cuando llegara a ser eso que se llega a ser con el tiempo (un hombre que dirige su vida y sabe qué hacer en las diferentes situaciones), podría resolver y hacer como Robinson Crusoe, los héroes y aventureros de Salgari o tantos otros. Crecemos en la vida y la aventura en nuestras páginas vitales es distinta a la de los libros. La heroicidad entonces se convierte en el puro acto de crecer, de vivirse como el día más espléndido aquel otro que es el más monótono, aburrido o mortalmente telarañoso día de la vida. Crecer y superar con alegría, porque en el fondo es como darse conversación y vida a uno mismo. De morir, mejor es hacerlo con una sonrisa en los labios y sin pena en el alma, porque para mustia ya está la propia muerte. Vidas de aventura, más bien dicho a regañadientes en mi caso, que me re