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Mostrando entradas de mayo, 2018

Caliente y al rojo vivo

Sacando hoy cajas del rincón del olvido, me acabo de encontrar con uno de los muchos artículos,  titulado  Caliente y al rojo vivo,  que escribí en el periódico La Frontera del Duero:  ¿Qué se preguntaría un huevo, cuando entra en la cocina?. Desde luego, como futuro pollo, tiene los días contados. A lo sumo, el pobre desgraciado puede plantearse si acabará frito, cocido o pasado por agua. Es posible que, en un revuelto. Llegó a la sartén. El huevo, quiero decir. Lo supo cuando le dábamos unos golpecitos, al olor del aceite friéndose. Acabo mis días, de huevo frito, pensó el huevo. No necesitó la inquisición de la batidora, ni los golpes, a puro garrote vil, de una tortilla a la francesa, molido a palos, con un tenedor casero. Simple huevo frito. A veces pienso, que los que ahora estamos vivos, por estos barrios del planeta, Estados, países y regiones, somos un poco como el huevo. Estamos catalogados en clase A, blancos o morenos, peso y talla y al expositor estadístico. A

Tardes de paseo

Tardes de paseo, en Jaén que enamora. Era un cielo de estaño y plata líquida, abierto en el mineral horizonte de la geografía, del aire dibujándose por el rocío de la brisa, del campo y del agua; diremos que al final de una tarde andaluza, bañada por un océano de olivos, Jaén me enamora, muy verde y muy blanca; ahora que recuerdo, había una iglesia y un castillo, y yo, a tu lado, con timidez caminaba por aquel cielo tan alto de cumbres gallardas, de piedras tan largas, de cumbres tan altas que mi corazón parecía subir contento y tú… yo no tengo palabras, tú ibas muy guapa, deshojando pétalos y versos con la mirada.

En una misma dirección

Creo que cada persona tenemos unas necesidades distintas de pareja, de acuerdo con nuestra personalidad. No existe un patrón general, de validez para todo el mundo o todas las personas. Pero cuando dos personas deciden hacer pareja estaría bien que estuvieran conformes en la forma de entender y visualizar el mundo de la pareja, tanto en cómo crecemos dentro de este espacio personal y en cómo nos debilita, qué nos satisface y qué no nos satisface. En la relación de pareja todas las circunstancias son delicadas, tanto aquellas que parece que estamos viajando en el tren de la felicidad, como aquellas otras que piden una nueva armonía, una nueva reubicación de fuerzas, con objeto de suspender, hacer desaparecer, el sentimiento de frustración, impotencia, estar preso/a de las circunstancias, no ver salidas de futuro, etc. Vivimos nuestro propio espacio de subjetividad y objetividad, y somos conscientes de las “contradicciones”, y de cómo interactúan estas “contradicciones” con nues