Usos de supervivencia

Tengo más confianza en el poder de las personas, a pie de calle, que en las medidas que vengan impuestas desde arriba; tengo más confianza en los nuevos usos de supervivencia que está ya introduciendo la población española, para afrontar y superar esta crisis, más confianza que en los recetarios de los distintos políticos, a los que veo perdidos, o más que perdidos, sintiéndose en un barco a la deriva, víctimas de un naufragio; sin poder reconocer que no saben dónde estamos y por dónde hemos de continuar.

Las personas anónimas tienen un elevado poder de autogestión, que va muy por delante de las medidas gubernamentales; puede ser el caso extremo del campesino limeño que pasea una carreta por las calles de la capital de Perú; en su carreta lleva ultramarinos y pregona su mercancía de calle en calle.

Puede ser las miles y millones de maneras y formas que tiene el ser humano de sobrevivir; frente a una crisis que es algo y mucho más que una pura crisis económica.

El ser humano, ya lo decía el señor de Radio Colifata, es extraordinario.

Y lo ha demostrado con el Prestige; con una colaboración ciudadana categórica; lo demuestran los numerosos casos de la vida diaria, como las recientes inundaciones, con particulares jugándose la vida por otros particulares; la gente no somos lo que dice la televisión que somos sino que somos mejores a como nos presentan los cómics manga y los seriales de televisión norteamericanos; en nuestra humanidad manipulada, seguimos conservando atisbos grandes de humanidad, mucha humanidad.

Lo está demostrando también esta crisis, que está haciendo aguzar el ingenio a muchas personas y familias de España; pudiendo llenar la olla con igual de valor en nutrientes pero a más bajo coste; o viviendo igual de felices pero con un poco menos de dinero o un poco más de incertidumbre laboral.

Será difícil salir de la crisis; de hecho tenemos muchas papeletas para salir los últimos de Europa, esto si salimos; pero aún así yo tengo y quiero tener confianza en las personas y en su capacidad individual de cambio; quizá que una persona deje de comprar colacao no hace reventar la empresa del colacao, pero que un millón de personas lo hagan al mismo tiempo, sí hace reventar el colacao; por tanto, abrir nuevas pautas, mejores, más sostenibles, dentro del conjunto de nuestra economía y de nuestro comportamiento social y cultural.

Por tanto, mi opinión, yo sí creo que España saldrá y saldremos de la crisis; tengo esperanza en que sí.