Mi naturaleza de ser

Cuando quiero explicar qué soy o qué quiero ser, no tengo otro remedio que echar la mirada atrás, no digo mirar mis tiempos de niño, pero sí mirar a hechos que guardan relación con el presente, que me dicen de dónde vengo, qué origen tiene el pasado más reciente de estos últimos años. 

Veamos. Mi visión de mi propia vida...

He sido, soy y seré. Esto me dice la visión de mi propia vida.

He vivido, vivo y viviré. Esto me sigue diciendo el ver mi propia vida.

Visionar mi vida es visionar el instante en el que yo tengo la llave de las decisiones de mi vida. Ese instante es ahora, el inicio de este amanecer. Es la vida de ahora la que cuenta, no la vida de ayer, tampoco la vida de mañana. Por tanto, el presente presenta su supremacía. ¿Y después? Los presentes sucesivos, el futuro del mañana que se construye con la actualidad del hoy. 

El presente, lo primero. El futuro después. El pasado, en último lugar. 

El pasado no se cambia, en todo caso puede cambiar nuestra percepción del pasado, cuando extraemos el conocimiento de los hechos vividos y de nuestra propia experiencia. 

Presente, futuro y pasado. Siguen este orden. Primero cuenta el presente. El presente es quien teje el futuro. Y el pasado fue quien tejió el presente.

Mi presente o actualidad. Cómo la veo. Me veo a mí mismo como un hombre completo y verdadero, al modo de aquel sabio griego que salió por las calles de Atenas, dando gritos. ¡Busco un hombre! ¡Busco un hombre! Diógenes quería decir que buscaba un hombre de verdad, un hombre verdadero. 

Yo soy un hombre de verdad. Mi verdad no excluye las otras verdades de los otros hombres de verdad. Mi verdad no expresa un no a la verdad de esos otros hombres. Mi verdad es una verdad afirmativa, dice sí con mi verdad.

¿Cómo veo mi presente? 

Soy quien soy.

Vivo.

Mi presente: vivo de acuerdo a quien soy
Mi identidad: siempre la misma, hija de la evolución, que no se pierde, ni pierde la identidad por caminar por el tiempo y la evolución.

Debo haber evolucionado porque tengo alegre el corazón, y esto debe ser porque tengo la vida y tener la vida significa una oportunidad abierta para seguir viviendo y, además, un agradecimiento de que estabas vivo hace apenas un segundo. 

La vida no es poesía, la vida no es lírica. No es necesario. Los versos de la vida no necesitan puntos, comas, letras. El aleteo de un pájaro, la sonrisa de un niño, la suma de instantes verdaderos es lo que ofrece y realiza una vida verdadera. Qué es un instante verdadero, un instante vivido de consciente, con consciencia y con conciencia. 

Bueno, todo esto puede sonar muy lindo, pero llegamos a las vidas particulares. Las personas nacemos y morimos. Las personas comemos, orinamos, defecamos. La vida no es una lírica o una oda continuada a la vida, las florecillas, el paisaje. 

Yo digo, bien es verdad, ni tanto ni tan calvo.

Estás igual haciendo una tarea cotidiana y surge algo hermoso, un instante. Bien, lo recibes, lo abrazas, pero tampoco significa que sales corriendo a contratar la filarmónica de Berlín para celebrar el gozo, la dicha, la excelsa alegría que te ha producido el instante. No lo desmereces pero tampoco te pones con cada segundo del día como si estuvieras teniendo un continuo éxtasis.

Vivir es lo importante. Más importante que contar los minutos de vida.

Tengo la visión de que pasado y presente y futuro conforman el conjunto de la vida. Del pasado podemos aprender, del presente podemos disfrutar y vivir con plenitud, del futuro podemos ir construyendo un hoy cada día mejor.

¿Y después? Después, como todo el mundo, santa sepultura y amén. 

Pero el hecho es que has vivido tiempo y has vivido vida, no solamente has estado contándote el tiempo de vida. 

Hablo del pasado ya vivido. Hablo también de mi vida particular. Cada persona tenemos unas circunstancias particulares, además del conjunto de circunstancias generales que a todos, en mayor o en menor medida nos afectan. 

Yo he tenido mucho bueno y he tenido también mucho malo. 

¿Qué conclusión me deja esto? Que he vivido lo bueno y lo mucho bueno y que también me he vivido lo mucho malo. ¿Y después qué ha sucedido? Lo malo ha ido desapareciendo. 

Mi presente particular es el del hombre que comienza a nacer de nuevo en cada presente.

Cada persona tenemos una historia. El objeto de comprender es personal. ¿Cuál es la materia prima de la historia? Nuestra naturaleza, el qué o quiénes somos. 

Tengo una percepción de la vida. Mi percepción es por mi naturaleza, no por mi historia. Me identifico con mi naturaleza, con el quien soy. E incluso me identifico con el quien he sido, años atrás, cuando vivía otras cosas o historias o películas distintas de las que vivo hoy. 

Soy yo, mi naturaleza. No soy mi historia. Y mucho menos una historia contada por otros. Mi vida, una parte de mi vida ha sido una historia contada por otros. Y yo cuento en mi propia historia, pero contar o no contar no es lo importante. Vivir es lo importante.

Soy yo, mi naturaleza.

Mi naturaleza ha estado viviendo estos últimos años como un eremita solitario, sí, cierto, pero al mismo tiempo he sido muy rico en otras cosas que me han puesto de nuevo en mi eje natural, en mis coordenadas, de normalidad, de ser, de ser yo mismo.

Mi naturaleza es quien va conmigo en todo momento, el ser que soy. El ser que soy tengo una historia, bien. ¿Pero y la historia que tendré? No la conozco, pero imagino que será apasionante. Yo pondré de mi parte también para que sea apasionante y apasionada. 

¿De dónde soy? De aquí y de todas partes. ¿Quién soy? Un hombre vivo que quiero vivir, si puede ser durante muchos años, con salud y longevidad.

¿Y de qué va esta historia de mi vida? Va de la aventura y del aprendizaje de la vida. Es una historia que el pasado se escribe con “mucho bueno y mucho malo”, el presente se escribe con “mucho bueno y poco malo” y espero que el futuro se escriba con “mucho bueno y con apenas nada de malo”. ¿Por cuánto tiempo? Desearía llegar a viejo, si puede ser. 

Con mi historia no quiero contar un libro. No me vale perder el tiempo escribiéndome un libro cuando tengo algo más importante por hacer que es el hecho mismo de vivir. 

¿Y ahora?

Ahora como decían los humoristas Tip y Coll, ahora viene el siguiente capítulo, de presente, que viviré y escribiré en algún rato de tranquilidad.

Y como decían Tip y Coll, grandes entre los grandes: ¡la próxima semana, hablaremos del gobierno!