Recursos literarios
Buscar el lenguaje universal de las cosas, el lenguaje sencillo y universal, sea aquello que sea lo que estemos contando. Qué contamos nuestra historia personal, vale, muy bien, pero contemos también que el viento mueve las hojas de los árboles, que caen las hojas y se transforman en colores ocres, en los meses de invierno, que debajo de la tierra, supuestamente muerta, en una nueva primavera, por la cualidad del fuego interno del planeta, surgirán nuevos brotes de hierba y renovarán esas mismas hojas secas que cayeron, en otoño, del árbol.
Las historias no tienen porqué ser lineales. Un libro puede llevar varias historias y algunas de ellas pueden ser guiños o señas a los lectores, digamos que refuerzos de lectura.
Partimos abiertamente y salen otras cosas más personales, más autobiográficas, pero no ciñéndose a la materia de un relato de ficción que quiere hacerse público, materia viva de lectura, que yo, aquél, aquélla, lo leemos y, sin tener nada nuestro dentro de las páginas del libro, sentimos o percibimos que nos está contando cosas reales, cosas que nos interesan, que nos importan, que podían ser cosas que nos suceden a nosotros mismos, sin sucedernos. Meternos dentro de la historia, meternos dentro del argumento, meternos dentro del relato. Dar vida al espacio entre la lectura y la creación, entre el lector y el creador de la historia.
Formatos humanos, muchos ejemplos, pero también pueden ser historias metafóricas, cosmogónicas, el día y la noche, condenados a no verse, que tienen que verse a través de las palabras. Que son como la Luna y el Sol, escribiéndose a través de las estrellas, formando palabras. La historia viva del Sol y de la Luna, hablándose, desde el día y la noche, la luz y la oscuridad, a través de las estrellas, que van apagándose con la entrada del día.
Esta historia sí es bonita, la Luna y el Sol, hablándose, que necesitan del planeta Tierra, que es como su conjunto de páginas, porque allí donde el sol deja su luz todas las mañanas, otra parte del planeta tiene visibles la luz nocturna de las estrellas. El Sol y la Luna, en la Tierra escribieron su historia. Y Sol y Luna eran dos colosos gigantes, mitológicos, dadores de vida, que escriben sus pensamientos en un planeta con vida. Que tiene vida mientras sigan escribiendo páginas vitales esa estrella y ese satélite.
El Sol y la Luna se escriben. Y la Tierra recoge sus palabras. Puede ser una buena historia metafórica. Buena idea para desarrollar en un libro.