Hablemos del amor

El amor, primero hay que definir qué es el amor, después y solamente entonces podré hablar del amor, de cómo vivo el amor y, en concreto, podré hablar de una relación de amor que actualmente tengo con una mujer.

Pero antes, en este ingenuo y terrible mundo de las palabras, es necesario definir qué es el amor, precisamente porque es una de las grandes palabras que han sido desgastadas de tanto traer y llevar. Qué es el amor, de qué estoy hablando.

Es evidente que no puedo estar hablando del amor de discoteca que une a las parejas humanas y que, a los pocos meses, tienen a un hombre borracho, bebedor de tequila, a la mujer haciendo el oficio de sufrida y maltratada esposa.

Es evidente que no puedo hablar de tantos ejemplos de amor supuesto que terminan en la cloaca o en el lodazal de la experiencia, como un mal trago, una mala experiencia, un mal momento.

Se ha dicho y hecho tanto, en nombre del amor, que es necesario poner un poco de orden en la palabra. Y esto es así porque no todo lo que hemos creído vivir por amor ha sido precisamente una historia de amor.

Es decir, todos nos hemos encontrado en nuestra experiencia personal a esas personas e instantes desagradables que nos han enseñado la otra cara o rostro del amor, la de los seres humillados y la de los seres humillantes, la de los vencedores y los vencidos, los conquistadores y los conquistados de amor, o lo que es lo mismo, el cuánta sangre y energía perdida, en el nombre del amor.

Está claro que de todo ese amor, yo no estoy hablando cuando comienzo mi autodescripción en la que me pregunto:

¿Y de amor y amores cómo andamos?

De amor, andamos bien, dijo un día un cojo. .
Quien tenga oído, escuche, sentenció finalmente un sordo.

El amor. Son muchas las entradas y salidas del amor y siendo que tengo conciencia de muchas de ellas, la vida me ofrece y entrega en variedad y en abundancia, dejándome riqueza en el amor que disfruto y al que tengo acceso, en las formas de amar que disfruto y que soy consciente de ellas. Que viene a significar, en el conjunto, que veo y vivo del amor con la calidad y cantidad del que necesito o dicho con estas palabras, vivo el amor con abundancia. Y aún diciendo esto, tengo también que decir que vivo una minúscula parte del amor que puedo vivir

Amor en abundancia. Esto se refiere a la grandeza e infinitud cuántica del amor y de nuevo nos remite a las muchas formas de vivir y de vivirse o de vivirnos el amor. En conclusión o resumen, de amor ando bien, gracias a Dios.