Microsociedades
Todas las sociedades humanas son complejas porque el ser humano, tanto en individual como viviendo en sociedad, son o somos complejos. Es algo difícil y fácil de ver.
Somos como trozos de paño o como hilos que conformamos un gran traje. Unas personas estamos en las mangas, otras están por otras partes del traje, pero si el hilo está deteriorado en alguna parte, no está enfermo únicamente esa parte sino todo el conjunto del traje.
Esto es lo que sucede cuando comenzamos a fabricar sociedad. Si lo hacemos con malas bases, la sociedad resultante también tiene malas bases.
Está surgiendo una nueva modalidad de sociedad que se llama EcoAldea. Un grupo de personas busca asentamiento en pueblos abandonados y sueñan con construir una sociedad que les refleje y puedan sentir como propia. Pero ancha y larga es la complejidad del ser humano.
En realidad las sociedades siempre se han conformado de microsociedades, con sus propias normas en cada una de ellas.
Las microsociedades que conocemos son los pueblos pequeños, de poco contacto, de pocas idas y venidas. Pueblos de interior. En cambio, la globalización ha llegado de una forma más contundente en todos esos otros pueblos que han hecho del turismo una nueva forma de vida.
El menorquín de hace 40 años no tiene nada que ver con los menorquines de ahora, aunque habiten un mismo territorio. Muchos pequeños pueblos de la costa asturiana, les sucede otro tanto. La globalización (con sus cosas malas pero también con sus cosas buenas) ha llegado a esos pueblos de costa mucho más pronto y con mucha más fuerza que a pueblos del interior peninsular.
Volviendo a las microsociedades conocidas, estamos hablando de viejas vidas, de antiguas interrelaciones humanas que atan y amordazan la vida de verdad. Vidas, que ya quedaron atrás, que son como filamentos, como telas de araña, construidas en parte sobre las medias verdades, de suelo difuso y confuso, donde todos saben de todos pero nadie sabe quién es en realidad.
Está la nueva modalidad de microsociedades en proyecto (otras en funcionamiento) llamadas EcoAldeas, configuradas por grupos de personas que toman las herramientas, conocimientos y recursos que siempre existieron en los pueblos, pero en cuya visión diseñan el tejido de la sociedad con hilos nuevos, de nuevos valores, con otros colores y con normas acordes a la holgura, por eso de dejar espacio al desarrollo holístico personal dentro de la convivencia.
Vemos en una EcoAldea un sistema de cooperación que establecen distintas personas; un sistema que intenta vivir en consonancia con la vida natural de este planeta y con nuestra naturaleza humana.
¿Cómo es una EcoAldea?
Una EcoAldea es al gusto de sus participantes, a la carta.
Las personas son la materia prima, la esencia, lo de verdad importante. El sentirse unidos, el convivir en paz, en armonía. Un grupo compacto es lo importante. La confianza, el sentirse con ganas de colaborar, de sumar fuerzas, el poder expresarse y compartir, el poder ser más uno mismo.