El valor de la amistad
La amistad se valora en todo momento de la vida; pero en especial toma un nuevo valor cuando sabes qué es tener enemigos y qué es vivir situaciones sin amigos y sí con injusticias; después de haber tenido enemigos injustificados y después de atravesar por una metamorfosis personal, caramba, te quedas suave como el cuero curtido, templado y con temple; tienes miedo de todo, pero no tienes miedo de nada. Y los signos de amistad, por supuesto que los tomas en cuenta.
En fin, todo esto para decir que valoro las pequeñas cosas del día a día, igual como valoro construir relaciones auténticas con personas auténticas.
Voy con un poco de retraso en esto de las relaciones auténticas, es verdad, y es por un conjunto de circunstancias inusuales, que tuve que aceptarme el recomenzar, y en este ahora de decirme: bueno, vale, tengo cuarenta y pico de tacos pero es como si tuviera veinte y me fuera al servicio militar. Estoy comenzando mi vida; personas nuevas, situaciones nuevas, todo nuevo, emergiendo desde donde tú mismo vas construyendo, una vez terminas con un ciclo de aprendizajes.
Sinceramente, si tuviera que firmar por volver a pasar por las aventuras que he tenido que pasar, por los heroísmos necesarios que he pasado, creo que no firmaría. Sin embargo, viendo las pruebas y viendo los resultados y gratificaciones personales, tampoco me arrepiento de nada, en el sentido de que todo lo vivido me ha ayudado a crecer y a disfrutar más de la vida.