El arte musical
El arte musical es un asunto con un sentido muy personal. Existen muchas formas de hacer música y existen muchas interpretaciones de la música, tanto de aquella que nosotros mismos hacemos, o en la que participamos, como la que escuchamos de otras personas o artistas.
El músico, el creador o el intérprete de música, ha formado siempre parte de las sociedades. Y en muchos o en la mayoría de los casos eran aficiones o pasiones personales, no remuneradas. En la tribu de gaiteros, todos tocaban la gaita. En la tribu de los bailes, todos eran danzantes. Esta realidad progresivamente fue comercializándose, formando parte de espectáculos musicales, que, en especial durante el transcurso de los últimos 100 años, nos lleva a considerar artistas al artesano de brazaletes y pulseras de conchas, al que se pone la gorra de medio lado y hace ruidos estridentes, al que llama música el tocar con algunas latas. En el lado opuesto, el divismo de una mercadotecnia de chicos guapos y chicas guapas, con una estética y una música, donde salen nuevos grupos y nuevas bandas musicales y nuevos autores y su paso es efímero, sin mayor interés.
El lado bueno es que, en la actualidad, las nuevas tecnologías, ocupando poco espacio, hacen realidad un conjunto de posibilidades que eran impracticables y muy costosas hace apenas unos cuantos años. En materias especialmente creativas y de creación. Eran materia exclusiva de unas pocas personas, que eran las únicas que poseían los recursos que hacían posible su creación y posterior “industrialización” o transformación.
Además de música, hablo de muchas materias creativas, como la dirección artística y teatral, la danza, la música clásica, la ópera, el canto gregoriano, la música sacra, los grandes conciertos multitudinarios, los videoclips, eran cuestiones que quedaban en las manos de unas pocas personas como la dirección de un cortometraje o de una historia cinematográfica.
Creo que el gran mercado de comercialización y consumo del mundo humano actual, hace realidad que el arte tiene acceso para prácticamente todo el mundo, al mismo tiempo que muchas cosas que se llaman arte, son poco más que ensayos.
En ese contexto, invito a que cada cual se lo haga a su propia forma, con sus propios criterios y convicciones, a su propia manera. Invito a que las personas tomen la decisión de ser autodidactas.