Desde hace apenas nada

Nunca ha sido fácil la vida, desde el principio de nuestra especie. Pero nosotros, la especie humana, hemos dejado una estela o una huella o un camino de mucho sufrimientos, mucha desolación. A pesar de todo esto, seguimos cometiendo atrocidades y barbaridades.

Pensamos que la civilización, como hoy la conocimos, ha existido desde siempre. No es cierto. Esta civilización y forma de ser, pensar y vivir que nosotros conocemos, comenzó en tiempos del Neolítico (la piedra nueva, la piedra pulimentada). El Neolítico lo tenemos aquí al lado, comparado con la larga distancia evolutiva que ya llevamos. El neolítico comenzó hace unos 10.000-20.000 años, que es decir que comenzó hace apenas nada. Llevábamos 1,8 millones de años viviendo como seres primitivos. Llegó el neolítico y en unos miles de años hemos fabricado la forma de vida que hoy conocemos. Así hemos llegado a esto que ahora llamamos superpoblación, tener un planeta superpoblado, siete mil quinientos millones de vidas, de criaturas, que ahora mismo estamos intentando vivir por la superficie de esta planeta.

Mirando nuestra historia, se comprueba que éramos seres salvajes antes de ser civilizados, pero que nuestro salvajismo era infinitamente más beneficioso que nuestra civilización, porque los nuevos usos que vamos dando a nuestra inteligencia son para fomentar el abuso, la explotación y la desigualdad.

En tiempos del neolítico, ya éramos unas criaturas bien peligrosas, más peligrosas que un león, un cocodrilo, un rinoceronte. El animal más salvaje, comparado con nosotros, es una criaturita inocente.

Hemos construido nuestra sociedad en estos últimos 10 ó 15 mil años. Esta sociedad ha tenido profundos altibajos desde entonces, donde hemos visto emerger y caer unas y otras civilizaciones. Todas progresivamente fuéronse viniendo abajo. Roma, Cartago, Egipto, tan importantes como eran y el tiempo no dejó salvo ruinas y arqueología.

Hace apenas 500 años que hemos descubierto el conjunto de nuestro planeta y que hemos abierto nuevas vías de comunicación, siguiendo el camino del sol, de este a oeste. Hace apenas 200 años hemos comenzado la primera revolución industrial y tecnológica, después de miles de años de estar a oscuras (y bien verdad, hasta que llegó Thomas Alva Edisson e inventó la bombilla). Bueno, inventó también la electricidad. No sé cuantos inventos llegó a inventar Edisson, pero fueron unos cuantos.

En fin, resumiendo, llevamos dos millones de años siendo quienes somos. Nuestra inteligencia comenzó a civilizarse hace unos 10 mil años y fue para conseguir cosas buenas, al tiempo de muchísimas cosas malas, como demuestra que hemos ido arrasando con todo, que somos destructores, no dejamos vivos ni árboles ni nada, y somos además unos fabricantes de basura. Somos una gran masa de autoimportancias que no concuerda para nada con el conjunto de la vida natural. La Humanidad de hoy en día es o somos un artificio, un monumento a la vanidad, el egoísmo, la explotación y la violencia.

¿Cómo sentir respeto por una sociedad así? Es imposible. Y he aquí lo más curioso: miles de personas están trabajando para mejorar este mundo, también desde altos puestos directos, en la política, en el arte, en la educación, en la cultura… Sin embargo, nada, son como gotitas de agua en una gran balsa de aceite.

¿Qué significa todo esto en nuestro comportamiento? Significa que cualquier persona, creyéndonos libres, estamos profundamente identificados con nuestro entorno y somos en cierto sentido prisioneros de nuestro entorno sociocultural. Nuestros rasgos naturales están mucho más perdidos y somos, seguimos siendo personas, sí es verdad, pero somos más artificiales que antes, vamos pareciéndonos a las maquinitas que ahora usamos tanto. Somos cada día un poco más máquinas y un poco menos personas, además de que cada día somos un poco más “sociales” y a la vez vamos también dejando de ser unipersonales.

Los tiempos actuales son tiempos revueltos, convulsos, fruto del sistema socioeconómico en el que estamos viviendo, desde que terminó la II Guerra Mundial. Todo el conjunto de la vida humana está y estamos en un proceso de revisión y de grandes y profundos cambios.

Esto afecta a todo. Al mundo de la pareja, y a la familia que es una de las instituciones que sustentan el conjunto social. Si la familia se viene abajo, una gran parte del conjunto social también se viene abajo.

Se dice que la familia es el primer escalón de sociabilidad del ser humano, el primer núcleo que nos enseña a humanizarnos, a compartir con nuestros semejantes, a aprender un mismo lenguaje. Se dice también (esto lo dice un antropólogo, Marvin Harris) que nosotros, como especie, somos de las especies de vida que necesitamos más tiempo de educación, más cuidados, por nuestra indefensión con la que aparecemos en la vida y por la constante atención que necesitamos durante nuestros primeros años. 
Es decir, la familia es el núcleo básico de crecimiento y aprendizaje de un ser humano. Después está la escuela y están todos los lugares que nos van socializando en el conjunto de nuestra vida, pero en primer lugar, es la familia la que nos reúne, la que nos enseña a vivir y a convivir en el mundo.

Y se podría decir que viendo la evolución las familias en la actualidad estamos viendo la evolución del ser humano.