Antes que artistas, personas

La música, un arte. Los sujetos musicales, artistas.

La música forma parte de la vida. Es la música que no se escribe en partituras. El tiempo que tarda una crisálida en convertirse en mariposa, el tiempo que tarda en helarse el Ártico, cosas que hoy nos muestran las cámaras de alta velocidad, dejándonos ver que el ritmo y la música existe, en otros espacios humanos que nosotros no consideramos como música. Estoy seguro que los delfines, las ballenas, se comunican con música. Y no hablo ya de los pájaros, que son unos auténticos artistas musicales, donde la música forma parte de su vivir y acontecer diario.

Yo veo con muy buenos ojos todo lo relativo a la creatividad, el ingenio, la inteligencia, el genio, el arte. Me parecen creaciones fantásticas de la especie humana. Pero, sobre todas las artes y sobre todos los artistas, la Humanidad somos primero mujeres y hombres, personas, personas de aquí o de allí, pero primeramente personas.

Desafortunadamente, desde el principio de los tiempos, a algunos artistas se les divinizó tanto que creyeron ser una especie diferente, tan divinos que estaban por encima del bien y del mal.

Y está fantástico ser el primo de Arquímedes, o el hermano de Galileo o el cuñado de Cicerón, pero me interesan primero por su perfil humano, por quiénes son y cómo son, en los encuentros diarios, adonde no hay trompetas ni laureles sino situaciones mucho más sencillas. Por esto, me admira el ejemplo de muchas grandes personas, grandes en las acciones que han realizado, que podían ser las gentes más sencillas, más amistosas, más afables, más tranquilas, sin necesidad de grandes envanecimientos como si estuvieran vendiéndonos a un candidato político.

Los artistas en su intimidad. Yo digo, es bueno a veces quitarse el traje de artista, rejuvenece, revitaliza, porque hay algunos artistas que quedan atrapados por su obra. Llega un momento que quieren llegar más lejos y, si no lo consiguen, parece que el mundo les debe un gran favor.

Para retomar el equilibrio, primero seamos humanos y después, si podemos y queremos, seamos artistas.