Conductas humanas
No veo incongruente el destacar las cualidades de otras personas. Digo, no lo veo incongruente cuando está dentro de situaciones normales, de equilibrio, de armonía. Habitualmente destaco las cosas buenas de otras personas. Y sé que me paso en mi valoración, porque veo cómo yo soy y cómo son la gran mayoría de las personas. Yo destaco las cualidades y los aciertos de otras personas.
No tengo miedo a que me arrinconen o que pasen de largo frente a mí, como si fuera invisible. No tengo miedo a que no me tengan en cuenta. Y no tengo miedo de quien está a mi lado, quizás haciendo una actividad mejor que yo mismo. En vez de callarme, de forma espontánea destaco su inteligencia. Y en vez de verle como un obstáculo, le veo a esa persona como un estímulo.
Qué sucede con este tipo de cosas del comportamiento. Pues yo creo que principalmente son cosas no dogmáticas, cosas que tienes que saber resolver en el momento del día a día, sin dogmatismos, sin leyes inmutables.
La conducta humana comprende un vasto paisaje de comportamientos, en un extenso catálogo conductual, que hace que las cosas se relativicen o, cuando menos, que cada situación tenga su específica respuesta y cada persona también tenga su concreta solución.
Lo que es bueno para unas épocas históricas, no es bueno para otras. Lo que es ensalzado en unas culturas, es perseguido en otras. Y es así que podemos encontrarnos un paisaje de gran biodiversidad de comportamientos, que nos llevan a contextualizar los acontecimientos y las relaciones humanas. Y, en este contexto, no veo incongruente destacar los puntos fuertes de nuestros semejantes. Lo pide el cuerpo, pues hágase.
No sé, los seres humanos es como nos veamos. Pero téngase en cuenta que no todos somos personas estupendas. Quiero decir, en la calle y en la vida, equis personas se pasan la ética por el arco del triunfo. A una persona así, no vas además a destacarle sus puntos fuertes.
No alimento al cocodrilo que puede morderme una pierna. Los humanos también hemos aprendido a convivir, unos con otros, en una relativa situación de conflicto. Y en situaciones cotidianas. Por ejemplo, alguien que tiene una entrevista de trabajo, podría pensar, qué bien si todos los demás aspirantes a este trabajo tienen un inconveniente que les impide acudir a la entrevista. Externamente no lo manifestamos, pero en algún lugar quedan todos esos pensamiento que no pronunciamos.