¿Evolución o involución?

El mundo es maravilloso, excepto en todo lo que guarda relación con nuestra especie.

Vivimos en una sociedad demasiado falsa y demasiado hipócrita. Y esto es una razón de que la gente, mucha gente, demasiada gente, hoy vivimos solos, nos sentimos también solos. Nuestro egoísmo nos impide compartir y solamente tenemos ojos para vernos a nosotros mismos y a nuestros propios problemas.

Y creemos que conseguir el amor es como ir al supermercado, dame dos kilos de amor y te pago con la tarjeta de crédito visa. La vida auténtica, la vida de verdad, fuera del marco artificial de nuestra especie, no es así. Y por esto, a pesar de sentirnos tan grandes, en realidad no somos nadie. Nuestros elegantes trajes no nos dan eso que el dinero no puede comprar. Espero que algún día podamos comprender esto.

Yo hace mucho que dejé de ser idealista. No tengo fe ni tengo esperanza en esta especie. Evolucionaremos, no tengo duda. Sobreviviremos, seguro que sí. Pero a qué terrible coste, cuántos millones de vidas y cuántos millones de oportunidades perdidas. No vale la pena la evolución frente a tal coste de vidas humanas.

Hace quinientos años, la sociedad humana era brutal. Hoy es la misma sociedad que finge ser humana, protectora de los derechos fundamentales, la vida, el pensamiento, la libertad. Es todo una vulgar mentira. Puedo matar a mil millones de personas con gran facilidad. Un virus nuevo, que liquida a la gente, en una década. Mientras los números estén dentro de los números, no pasa nada.

Los muy ricos y los muy pobres. Una sociedad basada en la existencia de profundas y agudas desigualdades, bien territoriales bien sociales. Gracias a la propaganda que alcanza todos los rincones del mundo, el asesino puede ser convertido en héroe. Mientras no se ponga en peligro el gran mercado mundial, todo vale, todo es permitido.

Que quieres que los niños de la India fabriquen tus zapatillas, contrátales, vende esas mismas zapatillas a 100 veces su valor de coste en el primer mundo. Pero llamemos canallas a quienes denuncian esas prácticas.

Ejemplos a miles, a patadas, en una sociedad contradictoria que no puede servir al mismo tiempo a Dios y al diablo, porque son inconfundibles. Las instituciones públicas no son un feudo de ningún partido político, grupo financiero o grupo de presión social.

¿Esto es evolución? No, creo que no. Yo no veo evolución de Heródoto a esta actualidad, de Hipócrates, de Arquímedes, de Solón a esta actualidad. Diría que somos más evolucionados si viera una sociedad más pacífica, más justa, más inteligente. No la veo y por tanto solamente puedo decir que tenemos muchos más recursos que teníamos en el pasado pero que no somos más inteligentes.

Sí somos más astutos, porque todos nuestros recursos los empleamos principalmente para afianzar nuestro poder sobre las costillas de otras criaturas vivas. Quien descansa sobre la piel de otro y no tiene en cuenta si está asfixiando al otro, es que no tiene conciencia.

Pero yo digo: cuantísima gente sin conciencia, así en modelo estándar que ya sale de fábrica.