Titulillos de pareja

Las relaciones entre hombres y mujeres son una parte más de este mundo. Aprender a vivir con todo esto, es tan importante como saber el código de circulación vial o el conocer tu propio idioma y saber articular las palabras.

Es una característica del mundo, que cada persona tiene su propia cruz y su propia gloria. En apariencia, todos nos decimos a todos que nos aceptamos todos a todos, simpatizamos todos con todos. Y esto no es verdad, para nada es verdad. Nos cae más simpática la gente guapa, la gente graciosa, divertida, alegre, con éxito, incluso nos gusta más estar con las buenas personas que con las malas personas.

Bien, la cosa es que vamos diferenciando y haciendo diferencias. Y esto lo hacemos desde que somos niños, porque ya en nuestra tierna infancia comenzamos con los titulillos y las etiquetas. Y a partir de ahí comenzamos esta gran historia de la interrelación humana, que yo creo que mucha gente se la toma como una guerra.

Recuerdo aquella canción de Joaquín Sabina y otro cantautor, que decía que había mujeres que iban al amor como quien va a la guerra. Podemos decir lo mismo de muchos hombres. Podemos decir que es el gran juego, a veces peligroso juego, que montamos entre los hombres y las mujeres. Un juego en el que yo creo que hay que poner algo más de claridad, transparencia, que no es sino aceptar a una persona que está contigo, sin hacer diferencias.

Creo que muchos hombres y mujeres no respetan ese espacio de libertad que toda persona quiere y necesita.

La relación entre hombres y mujeres es un asunto que se lo hacen, a su propia manera, una mujer y un hombre. No veo a dos parejas iguales ni veo a dos personas iguales. Yo lo veo fantástico, por inventiva, por originalidad, por confianza mutua, que la gente siga enamorándose, siga formando parejas, sigan teniendo niños, sigan creyendo unos en otros, aunque sigan existiendo divorcios.

Mucha gente, cuando no es feliz, anda pendiente de la vida de los vecinos y de todo su entorno social. Y acaban mirándose unos a otros. Y cuando das más importancia a las miradas que a lo que te vives, algo se está muriendo o secándose dentro de ti.

El hecho de que las personas queramos vivir en pareja, lo veo bien, muy bien, siempre que las personas lo hagamos con respeto y con libertad, de forma pacífica.

Realmente prefiero ver a parejas enamoradas que van de la mano o abrazadas, que verme denuncias de fulanita o fulanito que acosa a otra persona porque recientemente han cortado una relación. Creo que las personas están llevando las cosas a desequilibrios que están fuera de lugar.

Pienso que nos hemos vuelto demasiado exigentes, selectivos, exclusivos, creyéndonos que somos Christian Dior y buscamos una Channel número 5 para nuestra vida. Creo que bajarnos del burro y poner un poco más de humildad en nuestra vida, no estaría de más.