La cuestión de la pareja

Puede dar la sensación de que crear y sostener una pareja es algo tremendamente difícil, viendo el ejemplo que vemos a diario en muchas parejas que se rompen y donde hubo amor existe desamor y decepciones. Eso de quedar como amigos muy pocas personas lo consiguen, después de una separación.

¿Es tan difícil esto del amor y esto de las parejas? Somos nosotros, las personas, que lo hacemos difícil en nuestras cabezas. Los seres humanos somos muy contradictorios especialmente en esto que llamamos pareja y amor. Muy contradictorios.

Muy cargados de contradicciones; es así que la evidencia, la cantidad salvaje de separaciones y de conflictos de pareja, nos dicen que las contradicciones no casan bien en parte ninguna, pero especialmente no casan bien en una pareja.

Ahora existen tantos fracasos de pareja porque vivimos tiempos convulsos, de grandes y profundos cambios sociales, de cambios incluso en nuestra forma de ser, grandes cambios que nos están afectando prácticamente a todos los ámbitos de nuestra vida humana.

Hemos de tener también en cuenta que nosotros, la especie humana, desde que hemos pisado este planeta, no hemos dejado de ser unos seres que tenemos un doble lenguaje y una doble ética.

Y hemos de tener en cuenta que nuestra historia, que ya tiene un par de millones de años desde los tiempos del homo erectus, no es una historia precisamente caracterizada por ser pacíficos en ningún orden de la vida y tampoco en el orden de cómo conformamos nuestras parejas.

La cuestión de pareja ha estado generalmente sometida a una cuestión de interés de supervivencia: se sobrevive más fácilmente en pareja que en solitario. En el mismo sentido, la cuestión de pareja ha estado sometida a numerosas cuestiones culturales que en realidad iban en función de quiénes eran los grupos que querían demostrar su superioridad.

Socialmente, la historia ha corrido en un único sentido patriarcal, si bien han seguido existiendo pueblos, minorías étnicas, que conservan formas tradicionales de vida, por ejemplo una de ellas el matriarcado, que es un sistema que funciona maravillosamente bien en algunas comunidades que llamamos “primitivas”.

En realidad, si comprobamos el conjunto de la historia humana, la mujer, la mujer en conjunto, todas las mujeres de este planeta, prácticamente desde el principio de los tiempos han vivido sometidas a unas leyes arcaicas, retrógradas, injustas, que les han tenido atadas e invisibles; las mujeres han sido más concebidas como botines de guerra, como servicio, como animales reproductores, que como personas. Una de las grandes injusticias de este mundo, desde el principio de la historia humana, ha sido la injusticia contra la mujer.

En todo este contexto social, histórico, de comportamiento, en la misma forma, tal y como están los tiempos actuales, de capitalismo avanzado o de supercapitalismo, la cantidad de artificios que dominan algunas parejas les hacen ser más parejas de cuadro o postal que parejas auténticas.

En definitiva, no es tan fácil crear una pareja. O sí lo es, pero los riesgos de que acabe en fracaso son muy elevados.

Yo creo que somos un poco hijos de nuestra actualidad. Las mujeres y los hombres de estos comienzos del siglo XXI, en nuestros usos diarios de relacionarnos, tenemos unas convenciones sociales muy distintas de las que podíamos tener hace quinientos, mil años. Pero el fondo sigue siendo el mismo. No tenemos sino que acercarnos a los comportamientos escolares, entre niños y niñas, para ver un poco cuál es el comportamiento de nosotros. Somos como monos que estamos aprendiendo a usar nuestra inteligencia y llevamos dos millones de años sin aprender a utilizarla o utilizándola inadecuadamente.

Todo el tema de la pareja, yo lo veo dentro de un mundo casual que no es del todo casual, que se reduce a algo tan simple y tan sencillo como lo es el reconocer a la persona adecuada, compatible. Nada más, esto es el fin de la incógnita, la solución. El hecho de sostener esa relación es algo igualmente tan sencillo como tener la voluntad de conservar ese proyecto vivo de dos personas, que es una pareja.

De nuevo, todo se reduce al hecho de reconocer a la persona adecuada. Difícil o fácil, pero en este reconocimiento dejan de existir los problemas, porque todo comienza a ser soluciones.