El idioma evoluciona

Cuando pienso en cómo actualizar mi castellano, lo primero que se me viene a la mente es trabajar sobre la actualidad. Es más importante que trabajar que sobre el pasado. 

La actualidad es diferente para cada idioma y para cada nación. El idioma es algo vivo, que evoluciona.

Puedo perfeccionar mi inglés con lecturas, pero si me pongo a leer a Shakespeare o a Lord Byron es posible que nadie me entienda por la calle. Parezco un inglés de hace 200 años. En algún sentido, esto también se produce con el idioma castellano. Y tengamos además muy presente que este idioma ha vivido una enorme evolución en estos últimos 50 años.

En el mismo sentido que yo no me pondría a hablar el inglés británico con el ciudadano de EEUU, como tampoco es normal hablar un castellano del siglo XVI en este siglo que vivimos. 

No sé cómo está el castellano en el mundo. El Instituto Cervantes es el encargado de velar por su difusión, pero ni idea de qué comportamiento tiene el castellano en Pekín o en Tokio. Pienso que lo que pueda afirmar un oriental es una curiosidad, un así se habla el castellano fuera de sus fronteras. 

En España hemos vivido una eclosión de nuevos idiomas. Llevamos de esta forma casi medio siglo: el gallego, el asturiano, el vasco, el catalán, el valenciano, el mallorquín y el castellano y vaya qué curioso, seis idiomas para un pequeño corredor de tierra, seis pequeños territorios dentro de España. 

Solamente nos falta que Ceuta y Melilla hablen en árabe y en bereber y así somos el país de los ocho idiomas. Seríamos una pequeña torre de Babel, sin entendernos. Los idiomas no son instrumentos de coacción de unos pueblos sobre otros pueblos. 

La historia y evolución de los idiomas no es una historia tan pacífica ni siquiera para aquellos que han inventado el idioma. Aprendamos de los suizos, cuatro cantones, un país sin fisuras. Aprendamos de Gran Bretaña que sabe continuar con sus variantes locales. Aprendamos de todos los pueblos que han sido capaces de integrar y de absorber, en el mejor sentido, las culturas y genéticas que han ido recibiendo en el transcurso de su historia.