EcoAldeas

El movimiento civil de las EcoAldeas, yo lo veo como un movimiento incipiente, pequeño. El movimiento de repoblar pueblos abandonados, con nuevas ideas de interacción con el medio humano y con el medio natural, es un movimiento amplio, que no se conoce en unos pocos días de búsquedas de Internet. Creo que pasarán años y yo seguiré conociendo más o mejor qué o cómo es el mundo de las EcoAldeas de España o de otros países.

Las EcoAldeas son micromundos (empleo en el buen sentido la palabra micromundo) que están interconectados.

Una EcoAldea trabaja para sí misma, para el bienestar y progreso de las personas que conforman dicha aldea. Es decir, si preguntamos a los ecoaldeanos que porqué viven en una EcoAldea no nos responden que lo hacen para cambiar el mundo, sino que el fin primero es buscar el bienestar, progreso, libertad, felicidad, autorrealización de las personas que conforman dicha EcoAldea. Un trabajo hacia dentro.

Bien, pero además, incluso aquellas EcoAldeas que viven sumidas en sí mismas, nunca están desconectadas del mundo que les rodea, interaccionan con el mundo, entonces pues es verdad que también están cambiando el mundo, también tienen una interacción externa con el mundo.

Por último, veo el movimiento social que representan las EcoAldeas, dentro de su propio contexto, pero también dentro del contexto más amplio de todos los movimientos mal llamados antiglobalización, de los cuales uno de los más representativos ha sido el ecologismo.

Una EcoAldea puede ser un fenómeno de cambio social, pero hablamos de una EcoAldea organizada, solvente y consistente, no de una EcoAldea precaria. Y en su mayoría funcionan a pequeña escala.

Que haya pocas EcoAldeas o que sea un movimiento irregular y en cierta medida precario, no es algo malo. No es malo en el sentido que el ecoaldeanismo representa también formas radicales de vivir, que no necesitan publicidad o propaganda, que por tanto no las vemos porque no tienen necesidad de hacerse visibles. Nosotros queremos conocerles pero ellos/ellas no tienen deseo de ser conocidos por más personas que ya les conocen. Y seguro que funcionan, son felices, les va estupendamente, pero no necesitan publicitarse en la red digital como EcoAldea, recibir visitas al huerto, ni cosas así.

Hoy por hoy creo que el movimiento ciudadano del ecoaldeanismo es así, espontáneo, de base, de tú a tú. Está en sus comienzos.

Pero plantearse el compromiso de pensar en una EcoAldea como forma de vida, ya es echarle valor, valentía, confianza. Confiar en otras personas que no somos nosotros mismos, abrirnos a esa o a esas personas, contarles: “mira, yo quiero esto y no quiero aquello, soy así y no soy asá”. Sobre estas bases podemos ir ya construyendo unos cimientos de amistad y unos caminos de conocimiento mutuo que permiten ponernos en camino hacia ese algo que se llama crear una EcoAldea.

Sea como sea que llamemos a esta sociedad, las personas somos lo importante. Elegir o elegirnos las personas, ver si somos afines y compatibles o no lo somos. Damos con personas inteligentes, emocionales, vivas, activas, y los caminos se abren.