El amor de siempre
En tiempos que se habla mucho de amor y de amor, es donde menos amor te encuentras o te encontrarás.
El amor habla, pero el amor no se enreda con sus palabras. El amor es más de acción de vivir, de ser vital. El amor no da vueltas; el amor es directo. El amor primero es, y después ya te das cuenta que está siendo. Es una centella de rápido.
Y a la vez el amor gobierna todos los tiempos, porque el amor, siendo rápido es lentíiiiiiisiiimoooo, siglos, milenios, millones de años, porque en realidad el amor que puede existir dentro de mi mente o dentro de tu mente es el amor que lleva construyendo el universo, desde que es universo, desde el principio de los tiempos.
Puede parecer cosa poética, pero no es poesía decir que el amor que existe en nuestros corazones es el amor fundido con las rocas volcánicas de millones de años, el amor aéreo de millones de atmósferas y el amor geográfico de millones de kilómetros que este planeta y todos los planetas, están en un constante movimiento del que nosotros creemos ser una minúscula minúscula parte cuando en realidad todo y todos estamos interconectados y somos hijos de una misma esencia madre o raíz o semilla u origen.
Digo, el amor que existe en el corazón de una mujer, de un hombre, es el amor que existe en las rocas, en el aire, en los ríos, en el cambio de estaciones, el amor del conjunto de la vida; ¿cuándo es esto? Cuando el amor es verdadero; entonces es verdad.