Doctrina térmica de la salud
Desde hace más de un año convivo con un Fibrohistiocitoma maligno presente en el tumor de mi brazo izquierdo.
A lo largo de este tiempo, he ido sumando muchas horas de lectura, mucha búsqueda y cotejo de información, mucho ponerme al día. De toda la información que he podido encontrar, con respecto a tumores con células cancerosas, lo que me ha ofrecido mayor credibilidad han sido dos viejos amigos, cuya bibliografía conocí hace años:
RAYMOND DEXTREETT, que trabaja principalmente la arcilla y las hierbas.
¿Puede hacer la naturaleza aquello que no hacen los últimos avances médicos? Es cuestión de verlo. En juego, la supervivencia.
¿Puede la arcilla hacer expulsar tumores superficiales o externos, pequeños o grandes? Puede hacerlo, pero no lo hace de un día para otro y es de preguntarse si uno mismo tiene la suficiente fuerza y disciplina para arreglarse un asunto de salud en un año cuando el sistema médico-sanitario te lo arregla en uno o en dos meses.
El otro autor es MANUEL LEZAETA ACHARÁN, discípulo de un monje capuchino de origen alemán, el Padre Tadeo. Sin finalizar la carrera de medicina, estuvo ejerciendo muchos años, frente a numerosos casos muy difíciles, complicados y complejos.
Manuel Lezaeta falleció en 1959. Sus libros fueron un resumen de lo que él llamó la Doctrina Térmica de la Salud. Sus principios son muy básicos, pero tanto él como el Padre Tadeo, trabajaron con asuntos muy difíciles, en muchos casos relacionados con tumoraciones internas y externas.
Básicamente trabajan en restablecer el equilibrio orgánico del cuerpo, dejando también trabajar a los cambios de temperatura interna del organismo y superficial de la piel.
Sus prácticas son sencillas pero también de profunda disciplina, eliminación de tóxicos, limpieza de digestión, reunido junto al valor terapéutico del sol, del agua fría y de la arcilla en aplicaciones locales, y también en torno al abdomen para focalizar en una mejor digestión.
¿Son eficaces frente a problemas como tumores con células cancerosas?
Fuera de ellos mismos, no existe investigación o información. Los ejemplos documentados que mostraron su eficacia, son de conocimiento que sí tienen eficacia. ¿Por qué no se pone en práctica? Ni idea. Veo tanto negocio sobre temas vulnerables de salud que no comprendo muy bien dónde termina la faceta del maestro de la medicina o de la salud y dónde comienza la faceta del comerciante o del vendedor de remedios y recetas para la salud.
En mi caso, y a estas alturas, estoy poniendo en práctica las pautas básicas de salud de un monje y de su discípulo, confiando en el poder curativo del aire, el sol, el agua y la tierra.
No todo es oscuridad, afortunadamente. Las primeras sensaciones y los primeros pasos están siendo positivos, tanto en el estado local del tumor como en el conjunto general de mi cuerpo.