Supervivientes y curados
Hoy ha sido una grata alegría poder hablar con personas curadas o en camino de serlo completamente.
Supervivientes y curados. Se puede ser sobreviviente y continuar con la enfermedad del cáncer. Hablar de estar curados es un paso más, adelante, que deja el problema atrás.
En mi caso, y hasta ahora, soy un simple superviviente. Ya se irá viendo el camino completo hacia la curación.
Considero una auténtica hazaña todo ese camino vivencial que conduce a estar libre del problema o enfermedad, a haberlo dejado atrás.
Subrayo el valor de ponerse frente a una de las situaciones más angustiosas que puede sufrir una persona, y una de las pruebas más terribles que puede poner la vida. Donde la psicología personal también juega un papel decisivo e importante.
Frente a un problema tan grande y “desconocido”, invita a la esperanza un solo ejemplo de curación y de supervivencia. Más aún, cuando ha podido hacerse desde fuera del imperio sanitario.
Toda verdadera hazaña o hecho singular y heroico, en otros o en nosotros mismos, afirma dar pasos con la vida.
Una buena información a tiempo puede ayudar a tomar una buena decisión. En la mayoría de las personas que nos hemos visto con este sorprendente y controvertido asunto del cáncer, la soledad de toma de decisiones es un punto crucial.
Y es evidente que, en esos instantes tan vitales de tomar tales o cuales caminos, nos gustaría conocer casos reales de personas que están superando el problema y que incluso ya han conseguido liberarse de su riesgo y amenaza. Curados.
Ni yo ni nadie vamos a la enfermedad para convertirnos en héroes y tener una historia de autosuperación personal que poder contar. Sin embargo, esta enfermedad concreta, la convierte en un acto consciente de heroísmo.
Un heroísmo muy silencioso, posiblemente, que es el de los cientos o miles de horas que cada persona se lo rumia por dentro de la mente, pensando las cosas más impensables y quizás extravagantes, hasta que se moviliza en convertirse en su propio médico. Y en ello le va la vida. Escucha a la ciencia médica, y a la vez pone oído al poder sanador del agua y de la sal, aprende de la fitoterapia, experimenta los cambios de alimentación, y fomenta cambios en la actitud mental.
En fin, larga vida para todos nosotros, que es la mejor heroicidad y la mejor experiencia. Intentemos vivir todos los segundos que son nuestros. Lleguemos a viejos, porque la vejez no tiene nada malo, salvo llevar vividos muchos años.