La basicidad de la vida

Existen cuatro puntos cardinales en el planeta tierra: norte, sur, este y oeste.

Existen dos sentidos en la dirección, adelante y atrás.

En la basicidad de las cosas, el Universo se comporta como una máquina binaria. Su manifestación más audible son los impulsos eléctricos, a través de los cuales viaja la energía concentrada en los mundos atómicos universales, en sus diferentes planos y frecuencias vibracionales.

Tengo ante mí numerosas posibilidades de vida pero sólo a mí compete la determinación de adoptar las propias decisiones; nadie más debe presionarme para que haga nada en la vida, nada que no quiera hacer.

La Libertad es algo inherente al ser humano y nada puede arrebatársela, salvo los pensamientos, fantasías y propias cárceles mentales. 

Si estoy loco, si me engaño, entonces son mis prisiones las que me mantienen atado a mi propia tela de araña, embebido, entretanto, pasan los minutos de la vida, sintiendo que me marchito y que la flor se agosta, y después la vejez o la enfermedad y después la muerte. 

Adiós, adiós. Eso es la locura, la no aceptación de la basicidad y sencillez de la vida, la fabricación artificial de prisiones mentales, con voces, con frases, con todo un circuito neuronal fabricado por nosotros mismos, descifrable en nuestro ADN psicológico.