Gestos de ánimo
Sigue siendo una gran prueba el verme sin un brazo, el ver hasta dónde llegan mis limitaciones y mis posibilidades.
Son momentos duros, no lo niego ni pongo en discusión. Para ser más exactos, muy duros.
Aún con esa mucha dureza, estos momentos son más llevaderos que los dos meses precedentes.
Ante mí, tengo el reto de ganarme en destrezas y habilidades cotidianas, pero también el gran desafío de salir de mí mismo.
Se precisa de mucha fuerza mental y de no darse caprichos de inestabilidad emocional. Todos los gestos de ánimo y de cariño, son bien recibidos.
Antiguos compañeros de trabajo se interesan por cómo me encuentro y se ofrecen en su amistad para lo que pueda necesitarles.
En esta nueva etapa de vida, los amigos son importantes, los ánimos, la compañía, sentir que la vida tiene sentido, no solamente por uno mismo. La amistad es un arrimo de fuerzas, de no desanimarme en esta nueva vida de amputado, de no convertirme en una estatua griega, una venus de nilo.