Esas cosas básicas

Me gusta participar en hacer y ver crecer las cosas desde cero, desde abajo; ser partícipe de ellas desde que son una idea-semilla, disfrutar de lo que es ver hoy nada, mañana ver algo, y otro poco más al día siguiente.

Cada pequeño avance me deja muy bien el cuerpo (y el alma). Son muy buenas sensaciones y no quiero evitármelas. No hablo de grandes proyectos. Esta reflexión es de asuntos domésticos: hacer tareas de arreglos y de muchas pequeñas cosas que crean hogar, y hacerlas con cariño, como si fueran lo más importante del mundo, aunque sea pasarme toda la mañana pegando brochazos de pintura a unas paredes, pero disfruto en esas cosas básicas.

Igual otro rato del día me pongo a hacer cosas muy intelectuales o cosas muy artísticas o cosas muy serias, pero ese dar brochazos de pintura o ese hacer cosas simples, sencillas, básicas, me encanta y me hace feliz y quiero disfrutar haciéndolo.

En fin, no sé, es como si dejara el pasado atrás y voy entrando cada vez más en el hoy que ya amanece. Dejo atrás lo que no conviene, y tomo la vida por el camino que más me libera y enriquece.