Transparencia en el alma

Transparencia en el alma y vida en el verbo

Existen fenómenos naturales, espontáneos, de escapársenos un grito de alegría cuando encontramos a alguien que es capaz de despertarnos o descubrirnos cosas nuevas o inéditas del ser humano, creo que a estos gritos de alegría dirían los viejos escritores, aquellos como el galdós y compañía, cosas de este estilo con transparencia en la descripción y vida en las palabras.

Ahora ya, pensando en mi cosecha y en mi estilo propio de narrar las cosas, pienso en la llanura manchega como puedo pensar en las transparencias del alma; y digo, bien, llanura es La Mancha, pero por geografía interna creo que no soy de llanura sino de montañas y colinas y llanos; o sea, que al otro lado de la transparencia hay variedad humana.

Y buscando comparaciones con el lugar manchego, esto es tierra de frontera, aquí donde la tierra no es la llanura del viñedo (al norte de aquí) sino que somos la tierra del camino (la vía augusta de los romanos, que hoy se llama la ruta de Aníbal) o la tierra de la madera y de la caza y de los pasos naturales de Levante al Valle del Guadalquivir. O sea, transparente sí, pero con tantísimo cuantísimo horizonte que creo que hay mucha geografía por vivir. Geografía y gente. Gente de confianza, gente tranquila, gente humana que no hace nada del otro mundo sino nada más que intentar vivir esto que se llama humanidad y que nos corresponde, porque va vivo en nuestra naturaleza.

Yo digo, viva la transparencia. Pero el tiempo nos dice cómo somos cada persona y cómo es el trato entre las personas.

Quiero decir, no busquemos en otras personas lo que no tengamos dentro de nuestro corazón. Desgraciadamente, a veces solamente queremos un abrazo salvador, pero caramba hay abrazos y abrazos. A veces prefiero antes los abrazos con uñas de mis gatos que los abrazos de algunas personas. 

Digo por tanto que el amor que nace de la templanza, la madurez, la experiencia, es una esencia más concentrada, un lujo de reserva, de excelente crianza, en la crianza de la propia vida.