Como gotas de agua
Las experiencias de la vida van enseñándonos de la grandeza y sencillez de la existencia. Preguntamos a una gota de agua, antes de caer en la tierra, cuál será su destino. Puede respondernos que ella, pequeña gota de agua, será llevada como una hoja de árbol, de acá para allá, por el viento. Sin propósito y sin sentido.
O puede decirnos que ella se convertirá en humedad, en madera de árbol y tallos verdes, en frutos, en nutrientes humanos y animales. El viaje de una gota de agua puede ser prácticamente infinito.
Sin embargo, depende también mucho de cómo esa gota de agua se toma su propio destino. Con qué actitud sale a vivir su propia vida.
En muchos sentidos, nosotros, las personas, somos parecidos a ese viaje de una gota de agua. Y no importa la expresión de las grandes palabras. Importa la expresión de esas mismas grandes palabras pero enraizadas en la vida cotidiana, el cómo te vives cada momento de cada día.