El cielo de Terrinches

Cómo es el cielo de aquí.

Aquí es un punto del mapa, un cruce de paralelos y meridianos.

Aquí es un cielo azul, sobre una tierra roja, un acuífero (dicen que el más importante de Europa).

Aquí es un término municipal, 55 kilómetros cuadrados.

Aquí es un primer poblamiento allá por los tiempos de la Edad del Bronce, 4000 años atrás, el sílex, el hueso, la piedra, unas ruinas arqueológicas en proceso de excavación, Castillejo del Bonete, divisando una ruta hacia el Levante, un paso natural que cruza las sierras del sur, las Montañas Azules.

Ya tenemos un cielo sobre una tierra roja, con agua en su interior, que al sur limita con montañas que azulean, al efecto óptico de la luz del sol, en las últimas horas de la tarde.

Un azul, sobre tierra roja, a veces surcada por pedregales, que verdea con las hojas del olivo, que se cuentan a miles, aquí y fuera de aquí.

El cielo que veo todos los días.

Es el cielo del Este, por donde asoma el sol, resplandeciendo por el Cerro Crispillo, dejándose ver en su ascenso por la Sierra del Relumbrar.

El campo de visión por el norte, un kilómetro de carretera y un valle norte-sur entre dos colinas que señalan los dos puntos más altos del pueblo, el Cerro Crispillo y el Castillo.

Cielo de tormenta veraniega, que se pone negro por el Sur, en las Sierras del Relumbrar, Cazorla, Segura.

Las tormentas pasan de largo, pero aquí, por lo general, no siempre.

Resplandece el cielo de aquí. Yo lo veo luminoso, pero lo miro así porque los hijos e hijas de ese mismo cielo, los pájaros, me han enseñado a verlo como es, azul de día, con estrellas de noche.

Infinitud de criaturas me ayudan a verlo así de azul. Son quienes dan color y alegría, entre otras alegrías de la vida de diario.

La gran tribu de mirlos, gorriones, golondrinas que harán en otoño su largo viaje a tierras más cálidas.

Aquí, allí, donde voy, parece que llevo esa cosa de amigo de los animales, practicante del lenguaje secreto de hablarse con ellos y entenderlos.

Y yo agradecido porque comparten conmigo su alegría y el infinito azul del cielo.
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