La aventura de la vida
Me acuerdo de los libros y los cómics editados por Bruguera, que fueron mis acompañantes de primeras lecturas, y me hacían viajar por aquellos mundos que contaban. Yo me imaginaba que cuando llegara a ser eso que se llega a ser con el tiempo (un hombre que dirige su vida y sabe qué hacer en las diferentes situaciones), podría resolver y hacer como Robinson Crusoe, los héroes y aventureros de Salgari o tantos otros.
Crecemos en la vida y la aventura en nuestras páginas vitales es distinta a la de los libros. La heroicidad entonces se convierte en el puro acto de crecer, de vivirse como el día más espléndido aquel otro que es el más monótono, aburrido o mortalmente telarañoso día de la vida. Crecer y superar con alegría, porque en el fondo es como darse conversación y vida a uno mismo. De morir, mejor es hacerlo con una sonrisa en los labios y sin pena en el alma, porque para mustia ya está la propia muerte.
Vidas de aventura, más bien dicho a regañadientes en mi caso, que me reconozco hoy por hoy un perezoso total de la aventura. Y sin embargo, sé que la llevo conmigo. Total, que no me queda otra que autodeclararme aventurero.
De lo vivido, bueno y menos bueno, no me quejo. Y quizás lo mejor de todo es que puedo decirme que el hoy es lo que más me automotiva y por tanto no me sirve el dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Creo que veo y miro la vida con más matices y detalles que podía verla hace décadas.
Si miro el pasado con la perspectiva del hoy, veo un periplo por el mundo, un viaje en todos los sentidos, una aventura total de esas que sales renacido o nuevo o quizás has perdido hasta una parte de la memoria.
Es bueno también hacerse a un lado de vez en cuando y que el mundo se olvide de uno. Hoy soy un anónimo que hago cosas todos los días que me hablan de las rutinas diarias. Sin embargo, no veo nada aburrido en la dinámica de cada día. Quizás es que tengo la suerte de que cualquier cosa que hago me saca de la rutina.
Cualquier cosa para mí es crear, hacer un largo y provechoso camino, y que el esfuerzo de los inicios dure indefinidamente. Si me llega la vejez y la creatividad me acompaña, seguro que no tendré contradicción en mi mente. Porque la idea es justamente crear cosas que duran algo más que una temporada o que una estación, o que permite darles tiempo para crearse una historia o una autobiografía.
Las ideas que van más allá de las propias ideas, son formas de vida cuando son auténticas. Es la alegría que lleva consigo la chispa de la vida, la automotivación para hacer todas las cosas del vivir diario y que cada vivencia parezca una aventura.