Consciencia de Ser

Paseo por la calle. En las pequeñas escenas de cada día, me siento afortunado por ser lo que soy y por ser como soy. En las pequeñas escenas cotidianas, se plasma mi realidad personal. Con esa realidad, me siento muy afortunado frente a eso que llamamos Infinito o Dios y que debe estar, además de en toda la invisibilidad del Cosmos, también en el interior de nosotros, en algún lugar recóndito e inédito de nuestras células, albergando una información traducible en impulsos nerviosos y cerebrales. Nuestra propia conciencia y consciencia de ser.

Esta mañana, en esas pequeñas escenas cotidianas, decían nada más que un hombre camina por la calle, regresa a casa. Te sientes afortunado porque eres lo que eres y porque eres como eres, ganado a pulso, hecho en la naturalidad, hecho en la belleza y en la salvaje oportunidad de vivir, de hacerlo conscientemente, agradecido de un regalo que va siendo merecido con el propio valor de tu existencia, sin grandes declarativos, en el transcurso de cada segundo. Escenas cotidianas. Estímulos también para trabajar y luchar por el que soy, el que quiero ser.

Un hombre camina con lo que ahora es. Y me siento bien, a gusto. Tengo mucha energía, tengo mucho deseo de compartir todas estas cosas que tengo dentro. Siento que soy como un río que se hace agua, que nace en alguna parte, de alguna montaña, y que ha juntado mucha agua, un gran lago de grande como el gran lago del Caspio, o el Mar Caspio, y que quiere anegar tierras y geografías nuevas, suavemente, con la suavidad del agua cuando riega las tierras…

Pasear por la calle puede ser parecido a navegar por un río.
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