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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Hablemos de dinero

La carencia de dinero nos puede llevar a una situación de darnos por vencidos.  No estamos hablando de amor, sentimientos, emociones, sensaciones, percepciones. Estamos hablando de dinero puro, frío y sencillo dinero, nada más que de dinero, cuando el dinero es el eje central de las circunstancias, con los rostros que adquiere el dinero, que es un maestro del disfraz, pero que tiene unos mecanismos muy básicos de funcionamiento.  El dinero es de nadie y es de todos. Corre de unas manos a las otras. No piensa en lo que pensamos de él, viéndolo solamente como una riqueza numérica. Alguien, muchos, todos, pusieron número a la realidad. Un barril de petróleo x dólares; un libro de aceite x euros; una clase de danza x pesos; un preparado de hierbas o una tarde de terapia x dinero…. Números, números que van de unas personas a otras, sin ser un problema.  ¿Quién dice que el dinero es el principal agente de los males del mundo? Lo decimos quienes le damos identidad al dinero cuando el

Una vez que estamos aquí...

No somos unos sujetos que hemos venido a este mundo de la nada. Somos hijos de esta tierra y, si miráramos con atención, qué es la tierra que nos ofrece esta vida, quizás encontraríamos muchas más respuestas, que no las que habitualmente manejamos, que son respuestas sesgadas, utilitaristas, en las cuales reflejamos la realidad como a nosotros nos interesa y no como es realmente. La naturaleza ha hecho a las crías de los animales de mayor tamaño, por ejemplo a los grandes mamíferos, que necesitan de un mayor periodo de crianza y de educación. En especial, en el ejemplo de la especie humana, esto se hace notorio y patente. Somos posiblemente la especie que más tardamos en crecer o en alcanzar nuestra autonomía personal, nuestro pleno desarrollo. La cría del ser humano no está lista para buscarse la vida al año de edad, como puede suceder en el cachorro de león o en la pequeña gacela o en el pequeño búfalo. La cría del ser humano necesita uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis