Las dos caras de la felicidad
El ser humano pierde la felicidad por no querer ser sencillo, por no querer ser verdadero. En la naturaleza, la montaña no lucha contra el río ni tampoco el castor pelea contra el caballo. La naturaleza sabe cómo sobrevivir. Nosotros, las criaturas humanas, recibimos una educación donde los otros son diferentes y peores a nosotros, debemos matarlos, explotarlos, reducirlos para demostrar nuestra superioridad. Llevado esto a los extremos en la vida cotidiana, tenemos el largo suma y sigue de contradicciones, que van desde las competencias, las rivalidades, los celos, las intrigas, las envidias, etcétera etcétera. Y la verdad, qué triste y qué infeliz que es todo ese mundo, un mundo oscuro, sombrío, donde nada nace. Toca hacer un pacto de verdad con la vida, aunque sea por sobrevivir; hacerse aliados y amigos de nuestras propias vidas. Porque, en verdad, la vida en conjunto está llena de existencias truncadas, rotas, aniquiladas por las malas artes y las malas prácticas de q...