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Mostrando entradas de mayo, 2015

Rutas de un día

Hacía tiempo que yo no daba una vuelta por las geografías rurales, fronterizas, entre España y Portugal, por las provincias de Salamanca y Zamora. Una parte de la frontera. El tema central de estos viajes cortos, de un día, ha sido siempre el tema de los cursos o caminos de agua, de cómo las poblaciones asientan la vida junto a la vida preexistente en cursos de agua, en riqueza natural que sustenta la vida. En Salamanca, es el Tormes el único cauce fluvial. Creo que Salamanca no sería la misma sin el río Tormes, salvo un secarral en mitad de una llanura. El río es una parte fundamental de la ciudad. El Tormes viaja hacia el oeste de la provincia, sirviendo de frontera natural entre las provincias de Salamanca (al sur) y Zamora (al norte). A lo largo de unos 60 a 80 kilómetros, sigue viajando hasta encontrarse con el río Duero, no sin antes dejar una estela de uno de los pantanos mayores de la península, el Pantano de Almendra, que en algunos puntos llega a tener 6 kilómetr

El idioma evoluciona

Cuando pienso en cómo actualizar mi castellano, lo primero que se me viene a la mente es trabajar sobre la actualidad. Es más importante que trabajar que sobre el pasado.  La actualidad es diferente para cada idioma y para cada nación. El idioma es algo vivo, que evoluciona. Puedo perfeccionar mi inglés con lecturas, pero si me pongo a leer a Shakespeare o a Lord Byron es posible que nadie me entienda por la calle. Parezco un inglés de hace 200 años. En algún sentido, esto también se produce con el idioma castellano. Y tengamos además muy presente que este idioma ha vivido una enorme evolución en estos últimos 50 años. En el mismo sentido que yo no me pondría a hablar el inglés británico con el ciudadano de EEUU, como tampoco es normal hablar un castellano del siglo XVI en este siglo que vivimos.  No sé cómo está el castellano en el mundo. El Instituto Cervantes es el encargado de velar por su difusión, pero ni idea de qué comportamiento tiene el castellano en Pekín o

La agricultura

Me parece fantástico vivir de la tierra. De acuerdo que no vivimos en el planeta multicolor de la abeja maya, pero caramba, este planeta es un paraíso de vida, seamos sinceros y reconozcámoslo. Vale que nos da unos sustos de la leche, por ejemplo el volcán de Pompeya que los dejó a todos fritos en un abrir y cerrar de ojos, pero reconozcamos que el planeta es un sinfín de vida, en todas las latitudes y regiones, hasta en los polos habita gente que se busca la vida y vive de las focas y se fabrica casas de hielo. Y ves la biodiversidad animal, vegetal y humana del planeta y exclamas un ¡¡¡¡¡¡cooooñoooss, qué extraordinario es todo esto!!!. Y la vida es una sorpresa a lo bestia. Y nosotros formamos parte de esa vida. Una semilla y germina una planta. Y la planta da frutos. Y podemos dialogar con las plantas y con los árboles y facilitar su crecimiento, podando tales o cuales ramas. Y hemos aprendido a vivir con la tierra y de la tierra y un día nos hicimos más sedentarios, hace