Una lengua viva
Yo tengo un punto de vista personal, que no intento imponer a las demás personas que conmigo hablan o comparten un mismo idioma. Yo no me meto con nadie, cuando alguien dice churri, chuli, chachipiruli, megahipersuperestupendo, cool, dandy, blog, blogger, blogging, running, jogging, cogñác, arrivederchi, sayonara baby , etcétera etcétera y etcétera. Yo no me meto con nadie, frente a las invasiones lingüísticas. Me gusta la libertad de todos los “alguien” que habitamos en este Estado llamado España y con este idioma, que nuestra Constitución Democrática, llama el idioma español. Es mi herramienta lingüística y funciono con ella. En el transcurso de estos últimos 40 años, desde aquellos días que un señor con bigote al que se le veía muy afectado, salió por la televisión en blanco y negro, teniéndonos en vilo a todos los españoles de entonces, diciéndonos una frase que ha pasado a la historia. A la historia de la televisión y a la historia de España. Dicho señor se llam