Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2016

Doctrina térmica de la salud

Desde hace más de un año convivo con un Fibrohistiocitoma maligno presente en el tumor de mi brazo izquierdo. A lo largo de este tiempo, he ido sumando muchas horas de lectura, mucha búsqueda y cotejo de información, mucho ponerme al día. De toda la información que he podido encontrar, con respecto a tumores con células cancerosas, lo que me ha ofrecido mayor credibilidad han sido dos viejos amigos, cuya bibliografía conocí hace años: RAYMOND DEXTREETT, que trabaja principalmente la arcilla y las hierbas. ¿Puede hacer la naturaleza aquello que no hacen los últimos avances médicos? Es cuestión de verlo. En juego, la supervivencia. ¿Puede la arcilla hacer expulsar tumores superficiales o externos, pequeños o grandes? Puede hacerlo, pero no lo hace de un día para otro y es de preguntarse si uno mismo tiene la suficiente fuerza y disciplina para arreglarse un asunto de salud en un año cuando el sistema médico-sanitario te lo arregla en uno o en dos meses. El otro autor

Pueblos abandonados

De ruta por la provincia de Salamanca, viajamos hasta el pueblo de Salvatierra de Tormes, a unos 45 kilómetros de la capital, en dirección carretera de Béjar, al lado mismo de la A-66 con dirección a Cáceres y la N-630. Salvatierra de Tormes, un pueblo que nació bajo el amparo de un río y que se desarrolló en tiempos de la repoblación, en la Alta Edad Media. Situación estratégica. Salvatierra, lugar donde los fugitivos pueden encontrarse a salvo, en tierra salva, en la frontera de dos demarcaciones, Alba de Tormes y Salamanca. Salvatierra de Tormes, un pueblo que ya indica, en su toponimia, de qué va su nacimiento, en unos tiempos donde es más fácil estar en el lado equivocado de la ley: en el lado de los perseguidos y de los fugitivos. Pueblo también de gentes nobles, uno de ellos un hijo ilegítimo de un rey poderoso, Alfonso X El Sabio. Pueblo de importantes rentas. Y un pueblo con una importante judería que contaba también con una sinagoga. Donde había blasones y no

Día de la Madre

Las madres de monumento tienen un algo inconfundible, de maternidad por términos universales, derramada con ansia de ser madres, obesas y celulíticas madres, flacas y vitalistas, madres todas ellas, con ese algo irrepetible, de complacerse en este extraño fenómeno de ser madres. Las madres monumentales tienen un algo de Bellas Artes, de artistas del cincel, labrando el inconfundible amor de las buenas madres. Nacen, crecen, viven para los hijos y el padre de los hijos, ordenan el desorden, cuidan los horarios, la educación y las buenas costumbres, nos llevan al médico y nos hacen la comida. Son madres a tiempo completo, no cierran, ni tampoco se cansan de ser madres. Las madres verdaderas y las madres de pega o de plástico, no tienen carné de madres, pero ejercen todas ellas. Unas, las verdaderas y convencidas, de buena gana. Otras, las disidentes y las arrepentidas, a regañadientes. Más aquellas que fueron a ser madres y se quedaron a mitad de camino. Por estas nobles