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Mostrando entradas de julio, 2017

La ciencia inexacta del amor

Aprovecho hoy para tirar del hilo de los temas que salen del espacio individual para ser un poco temas de todos, temas que en uno u otro sentido, todos vivimos, con distintos nombres, diferentes circunstancias, pero con un modelo repetido de patrón básico.  Cada persona nos vivimos una vida, un tejido vital, unas circunstancias, pero creo que las preguntas que muchos y muchas nos hacemos son comunes, son las mismas preguntas. ¿Por qué me ha pasado esto? ¿qué me está enseñando esto?¿cuál es la realidad? ¿dónde está la estabilidad?... Estabilidad no es conformismo ni aburrimiento, es solamente estabilidad. Sobre esa paz de convivencia, sin conflictos, se va tejiendo la construcción siguiente. Pero, claro, hasta que llega eso, a saber el tiempo que pasa. Es también la voluntad que se pone en la relación porque en definitiva querer es poder. Y, en todo caso, cada relación es diferente, existen relaciones fáciles y relaciones difíciles. Todas enseñan, pero bueno, cada una es difere

Haciendo hogar

De nuevo en mi pueblo natal, reaprendiendo en la sana vida rural, donde aún cantan los gallos, transitan los vendedores ambulantes que se conocen a todo el pueblo aunque vengan de lejos. La existencia se ralentiza y los paisanos y vecinos viven sin prisa, generosos en afecto y en cariño. Está siendo intensa y fructífera la experiencia de retorno. El estropajo, la pintura, el albañil, tareas de todos los días que ponen a prueba la capacidad, las ganas de autosuperación y la resistencia de alguien que ha perdido su brazo. Reencontrarme con la existencia del día a día, transformándola en vida es una prueba atlética. Todo es nuevo y desconocido y todo se resume en echarle ganas y progresar, o estancarse y encharcarse en el “pobrecito de mí que yo no puedo”. En soledad no estaría consiguiéndolo, hubiera firmado derrota o fracaso. Sin embargo, cuando estás en pleno proyecto de convivir, formar y construir pareja y hogar, los hechos diarios toman nueva dimensión y propósito. Existe l

Un mosaico de detalles

El sueño del amor, ese secreto e íntimo sueño del amor, que viaja dentro de nosotros, dentro de cada ser humano. Por supuesto, para tener el amor, primero debes tener ese espacio dentro de ti. Es como alguien que te invite a entrar a un desván lleno, hasta el techo, de objetos diversos. Directamente, no entras. No te ha invitado. Sus labios pueden decir lo que digan, pero nadie está invitándote a un espacio lleno de cosas donde no cabe tu persona. Yo apenas sé nada, del amor, de la vida, de las personas, de las sociedades, del sentido de este vivir que tenemos, yo sé poco, apenas nada. Sin embargo, sé que la meta se encuentra en saber llegar a viejos, saber envejecer, saber tener una buena muerte. Luego podemos comentarlo, pero ahora es el momento de vivir. Y por tanto de ir sumando años y más momentos y no dejarse la vida por el camino. Principalmente es esto. Luego hablamos de lo que sea, pero principalmente una vida que vivir porque el corazón no late sin latidos. Y

Cosa de valientes

Dice una cita, de las que circulan por Internet, que amar es cosa de valientes. Y estoy de acuerdo. Cuando se quiere algo de verdad, vivimos con un regalo de fuerza, que suma a las fuerzas que ya tuviéramos de antes. Y sobre todo, yo creo que se trata de relajarse y estar atentos. Podemos pasar el día dibujando corazones, pero la hora y el minuto precisos de ir creando nuevos sentimientos, nuevos vínculos con nuestra pareja, vienen cuando vienen, sin tener plena coincidencia en el tiempo, con nuestro deseo o nuestro impulso de ir creando y consolidando pareja. Yo nos deseo una feliz travesía, sin prisas y sin grandes pausas, sin excesivo estrés. Lo que cada día puede traer, seguro que lo vamos consiguiendo. Un gran sentido de vivir es optar por la sintonía y por ser un poquitín más felices, más libres, más plenos.