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Mostrando entradas de enero, 2011

Conocernos las personas

Yo no sé en qué proporción está la mentira con la verdad, ni el número de personas mentirosas y el número de personas verdaderas. Pero sigue habiendo de todo. Y conocer a una mala persona, es o puede ser un problema. Y conocer a una buena persona, es un motivo de felicidad. Las buenas personas. Fuera del marco moralista, una buena persona es alguien que no te hará nunca daño. No es alguien doctrinal y dogmático que se siente buena persona porque se lo dijo el catecismo o porque se lo enseñaron en la escuela. La bondad o la maldad la llevas en tu propio corazón. Te ayudará la educación que te han dado pero seguirá siendo tu naturaleza quien dirigirá tu ética o moral. Nobleza de carácter. Valentía de ser. Ese fondo también puede verse en unos primeros pasos de conocer a una persona. Comienzo a relacionarme con una persona de nobles y buenas cualidades humanas, una persona de verdad, verdadera. En mi cerebro, yo no tengo ni idea del futuro que compartiré con esa persona, pero

Mi amigo Mohammed

Mi visión personal de cuál y cómo es la naturaleza humana y en consecuencia cómo se definen nuestros puntos de partida conductuales, es una visión ecléctica; es el resultado de aquello que he considerado cierto o veraz o verdadero, en muy distintas fuentes, escritas o no escritas. Soy tan preciso y tan no preciso como lo era un amigo que tuve hace unos cuantos años; un amigo impresionante; de esos amigos que jamás en tu vida puedes olvidarte de ellos. Mi amigo era un señor desconocido, que viajaba en el tren, de gratis; y al que el revisor le ordenó se apeara en la siguiente estación. Esta estación era Salamanca; cogió su pequeña tienda de campaña y su saco de dormir y comenzó a caminar por la ciudad; con tan buena fortuna que se encontró casualmente con un campamento de tiendas instalado en un parque, por un grupo de oenegés y muchas chicas y chicos jóvenes, que estaban haciendo una sentada. Esta sentada pedía el 0,7 por ciento del PIB a favor, de ayuda para el desarr

¿Soledad o compañía?

Me hago esta pregunta. Qué quiero yo de mi vida. Me respondo. Quiero lo que ya soy y lo que ya tengo, continuar y progresar. Es decir, así como hace veinte años hubiera hecho cualquier cosa en nombre del amor idealizado, me hubiera ido a cualquier continente o país, hoy no cambiaría mi vida en nombre del amor, pues si es buen amor, es más para mi vida. No me embarcaría en aventuras difíciles o imposibles o desconocidas. Y esto no es porque yo me he hecho más conformista o menos rebelde, sino es porque me he hecho un poco más práctico, un poco más realista. Es decir, creo que he ganado en claridad de ideas. Pienso que lo primero es el sentido personal que uno descubre en la vida. Y después es la vida en pareja si se tiene que producir. Quiero decir, primero está el sentido vital de tu propia vida. Y después, ya entramos a si quieres o necesitas encontrar una pareja y quién es o puede ser esa persona. Pero en primer lugar es cómo arreglar las cosas en casa, arreglar primero las

Evolución de la inteligencia

La vida es un fenómeno extraordinario; y vuelvo a recordar al buen señor de Radio Colifata con su ¡el ser humano…es extraordinario!. La vida es un fenómeno extraordinario; arrancó hace millones de años, fruto de una explosión muy lejana, en la que creyéndonos que caminamos por un mar sin rumbo, en realidad estamos todos en la capitanía del capitán, tomando todas y todos las grandes decisiones. Por aquellos entonces, éramos átomos disueltos en la nada, reunión de fuego y agua y aire y tierra que entonces no existían sino una pura combinación binaria de materia-energía. De aquellos principios y por el concurso de millones y nuevos millones de años, emergieron las primeras formas de vida y su siguiente evolución, dando consigo un fenómeno singular, en un planeta habitable y habitado, éste que nos lleva cobijando desde nuestro principio: Tierra. El gusano, el pez, el tigre diente de sable, el mamuth, criaturas y especies que fueron pasando; todas éramos distintas y todas é