Mudando la piel
Muchas gracias, compañeros y amigos de ANDADE , por esta nueva oportunidad de compartir mi experiencia personal con los lectores, que continúa los dos textos editados en los números 77 y 78 de esta revista. Qué quiero compartir con todos vosotros en estas líneas. No tiene sentido que os hable de las dudas, los cansancios, las penas o las preguntas transitorias que desaparecen sin traspasar la piel. Para los pesimismos y los pesimistas, ya hemos agotado nuestra capacidad de lectura. Sí al optimismo, pero seamos realistas. O te mueves o no avanzas, de ti depende. Lo dice un ejemplo más, mi propia vivencia. A través de ella, os quiero expresar que la vida no termina al perder una extremidad. Es por esto que existe vida y que existen caminos abiertos, después del trauma de sobrevivir a un cáncer agresivo y ser amputado de un brazo. Vale la pena luchar y no venirse abajo, sin sentirse un mueble que nada más espera a morirse. Vale la pena caerse y levantarse las veces que hagan